Por Juan Pablo Ojeda
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a generar controversia internacional al proponer la anexión de Canadá como el «51.º estado» de la Unión Americana, justo cuando los canadienses acudían a las urnas para elegir a sus nuevos representantes parlamentarios. A través de un mensaje en su red social Truth Social, Trump instó a los votantes canadienses a respaldar a un candidato que, según él, reduciría impuestos, fortalecería el poder militar y eliminaría aranceles, sugiriendo que la unificación entre ambos países sería beneficiosa para Canadá.
Estas declaraciones han sido ampliamente rechazadas por la clase política canadiense. El primer ministro Mark Carney, quien asumió el cargo tras la renuncia de Justin Trudeau, condenó las intromisiones de Trump y reafirmó la soberanía de Canadá. Por su parte, Pierre Poilievre, líder del Partido Conservador, acusó a Trump de intentar influir en el proceso electoral canadiense a favor de Carney, quien es percibido como un oponente más manejable.
Las encuestas previas a la jornada electoral mostraban una ventaja para los liberales, con Carney liderando con un 43% de apoyo frente al 39% de los conservadores. La intervención de Trump ha intensificado el debate sobre la relación bilateral y ha movilizado a votantes que buscan defender la independencia nacional. Más de 7 millones de canadienses habían emitido su voto anticipado, reflejando una alta participación en un contexto de creciente tensión política.
La postura de Trump sobre la anexión de Canadá no es nueva; desde su regreso a la Casa Blanca en enero de 2025, ha sugerido en varias ocasiones que la integración de Canadá a Estados Unidos podría ser una solución para lo que él considera subsidios económicos injustos. Estas declaraciones han sido calificadas como amenazas económicas y han generado una respuesta unificada en defensa de la soberanía canadiense.
La comunidad internacional observa con atención cómo se desarrollan los acontecimientos en Canadá, donde la defensa de su independencia política y económica se ha convertido en un tema central de la campaña electoral.
















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