Por Juan Pablo Ojeda
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo lanzó un fuerte cuestionamiento al Gobierno de Estados Unidos tras la entrega de 17 familiares del narcotraficante Ovidio Guzmán al FBI, ocurrida el pasado 9 de mayo. Desde Palacio Nacional, la mandataria exigió explicaciones claras sobre si hubo algún tipo de acuerdo entre las autoridades estadounidenses y el llamado «Ratón», que permanece detenido en ese país.
“Ellos tienen una política de no negociar con terroristas, entonces si están llegando a acuerdos con personas ligadas al crimen organizado, lo mínimo es que lo informen, y no sólo a México, sino también a su propio pueblo”, advirtió Sheinbaum en su tradicional conferencia matutina.
El tema ha encendido la conversación pública desde que el periodista Luis Chaparro reveló que los familiares de Ovidio Guzmán —entre ellos su madre— cruzaron la frontera a pie, con maletas y cerca de 70 mil dólares en efectivo, para entregarse de forma voluntaria a las autoridades de EE.UU., quienes ya los esperaban junto con personal del FBI y del Servicio de Marshals.
Lo que más preocupa al gobierno mexicano es que la entrega se haya dado sin coordinación previa o al menos sin una notificación oficial, a pesar de que Ovidio fue extraditado desde México bajo procesos judiciales activos. “No tenemos información pública ni oficial. Hay que recordar que aquí hay una carpeta de investigación abierta contra él, y ellos deben explicaciones”, recalcó la presidenta.
El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, confirmó que se trató de un movimiento voluntario por parte de la familia Guzmán, aparentemente como parte de una negociación entre el capo y el Departamento de Justicia estadounidense. “Es evidente que es por un criterio de oportunidad que le otorgan a él”, dijo el funcionario en entrevista con Radio Fórmula.
También aclaró que los 17 familiares que se entregaron no eran objetivos de ninguna investigación en México: “No eran buscados ni estaban fichados por autoridades mexicanas”.
Sin embargo, el hecho de que se permita este tipo de entregas sin coordinación con México genera suspicacias. ¿Qué sabe el gobierno estadounidense que no comparte? ¿Qué tipo de trato se está negociando con un líder criminal mientras enfrenta cargos en ambos países?
Claudia Sheinbaum dejó claro que no se trata de especular, sino de exigir transparencia. “Tienen que explicar por qué entraron, cómo entraron y si existe o no un acuerdo con el Ratón Guzmán. No se puede manejar algo así con total opacidad, especialmente tratándose de ciudadanos mexicanos”, concluyó.
Este episodio reabre el debate sobre la cooperación bilateral en seguridad y justicia, en momentos en que la frontera entre diplomacia y pragmatismo parece cada vez más difusa.
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