Por Bruno Cortés
El asesinato de Carlos Alberto Manzo Rodríguez, presidente municipal de Uruapan, sacudió al país y abrió un nuevo frente de confrontación en el Congreso. Mientras desde la oposición acusan abandono, omisión y complicidad del gobierno federal, Morena responde que no se vale utilizar una tragedia para hacer campaña. Así lo dijo el diputado Sergio Gutiérrez Luna, quien aseguró que este crimen se está atendiendo “con toda la fuerza del Estado” y que el PAN solo busca sacar provecho político de una situación dolorosa.
Gutiérrez Luna explicó que Manzo sí tenía protección de la Guardia Nacional, que no estaba solo, y que el gobierno federal respondió desde el primer momento: la presidenta de la República dio la cara, y el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, llegó a Michoacán para encabezar las investigaciones. Incluso mencionó que uno de los agresores fue abatido en el operativo. Por eso, rechazó las críticas que señalan abandono o negligencia.
El diputado recordó que conoció personalmente a Carlos Manzo cuando éste fue diputado. Dijo que era valiente, frontal y auténtico, y que su muerte es una tragedia que duele en lo humano y en lo político. Pero insistió: una cosa es exigir justicia, y otra, utilizar la tragedia para golpear al gobierno. Según él, eso es lo que está haciendo el PAN, diseñando un discurso que aproveche el dolor para ganar puntos rumbo a las elecciones.
También recalcó que desde Morena respetan las manifestaciones ciudadanas por este asesinato, porque la indignación es legítima, pero señaló que no se permitirá que la narrativa se convierta en un campo de batalla electoral. Su mensaje fue claro: el combate a la delincuencia no puede convertirse en pretexto para dividir más al país.
Gutiérrez Luna defendió que la estrategia del gobierno contra el crimen organizado sí existe, que se está reforzando con coordinación federal, Guardia Nacional y trabajo en territorio. Lo que pide es unidad, no discursos que revivan la polarización justo cuando lo que se necesita —según él— es cerrar filas para garantizar justicia.
Así, mientras la oposición pide más policías locales y acusa militarización, Morena sostiene que el Estado sí actuó y que no se debe usar la muerte de un alcalde como bandera política. El debate apenas comienza y, como suele pasar, la seguridad se vuelve no solo un tema de estrategia, sino de narrativa y de poder.
















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