Por Juan Pablo Ojeda
Productores de maíz en la Costa, Soconusco y Frontera Sur de Chiapas se declararon en crisis ante el fuerte impacto de la canícula —las altas temperaturas y sequía— que ha devastado sus cultivos y agudiza la ya crítica situación del campo mexicano, provocando pérdidas económicas considerables.
Indalecio Flores Bahamaca, coordinador regional de la Confederación Nacional Campesina (CNC) en la rama de producción de maíz, reveló que alrededor de mil 500 productores en municipios como Frontera Hidalgo, Suchiate, Tapachula, Tuxtla Chico, Metapa y Mazatán, están desprotegidos y sin apoyo suficiente por parte de la federación.
“Con esta sequía, el desarrollo de las plantaciones de maíz ya estaba deteriorado y ahora se vinieron totalmente abajo”, señaló Flores Bahamaca, quien urgió a autoridades federales, estatales y municipales a realizar supervisiones inmediatas para identificar a los afectados y dotarlos de paquetes tecnológicos con insumos, fertilizantes, semillas certificadas, aspersores y herbicidas para rescatar la segunda cosecha.
Sequía y canícula: cifras alarmantes
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) reportó que del 1 al 29 de julio se registró un 21% menos de lluvia respecto al promedio histórico, especialmente en el sureste del país, fenómeno relacionado con la canícula. En contraste, junio de 2025 fue el mes más lluvioso desde 1941 con un superávit del 55.8%.
Adrián Nehemías Marquina, productor de Frontera Hidalgo, indicó que aproximadamente 600 hectáreas de maíz se perdieron, afectando severamente la economía familiar y la región, donde el maíz es el cultivo principal. Además, la soya también sufrió daños considerables.
Entre pérdidas naturales y coyotes
Los productores también enfrentan a los llamados ‘coyotes’ o intermediarios, quienes aprovechan la falta de liquidez para imponer condiciones desfavorables en la siembra temporal, que abarca unas mil hectáreas en doce municipios fronterizos.
Luis Demetrio Martínez, secretario de Protección Civil de Tapachula, confirmó que la afectación por canícula es sectorizada, con daños ligeros en Tapachula pero más severos en otros municipios del Soconusco.
Pérdidas millonarias y abandono al campo
Carlos González, también productor, denunció que la pérdida promedio ronda el 80% de la producción, lo que representa un impacto económico devastador para las familias campesinas. “Si una hectárea cuesta 28 mil pesos invertirla, se pierden hasta 25 mil pesos por hectárea, una cifra histórica para mal”, afirmó.
La mayoría de los productores son de autoconsumo y enfrentan dificultades para comercializar, por lo que exigieron a las autoridades apoyo urgente para un campo chiapaneco que se siente abandonado y vulnerable ante la crisis climática y económica.
Esta situación pone en evidencia la urgente necesidad de políticas públicas que fortalezcan la protección y apoyo al sector agrícola en Chiapas, ante fenómenos climáticos extremos y el abandono institucional.
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