Escuelas sin bullying: la apuesta del Congreso

Por Bruno Cortés

 

En el Congreso, donde las reformas suelen sonar a palabras rebuscadas y promesas que se esfuman, una diputada ha puesto sobre la mesa algo que va directo al corazón de muchas familias mexicanas: el bullying. Sí, ese problema que parece invisible hasta que explota en forma de tristeza, bajo rendimiento escolar o incluso tragedias. Mónica Elizabeth Sandoval Hernández, legisladora del PRI, presentó una iniciativa que busca cambiar cómo se aborda el tema de la violencia en las aulas desde los planes de estudio.

¿Qué quiere exactamente? Que la educación socioemocional que ya se contempla en la ley no se quede en buenos deseos, sino que realmente sirva para prevenir, contener y erradicar la violencia en las escuelas. Esto no solo se refiere al bullying entre estudiantes, también abarca cualquier forma de agresión en los espacios educativos. La propuesta ya fue enviada a la Comisión de Educación, donde será analizada, discutida y —con suerte— aprobada.

Pero, ¿por qué importa esto? Los números no mienten. Según la OCDE, México es el país con más casos de acoso escolar en la educación básica. Y si eso no suena suficientemente grave, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos dice que 7 de cada 10 niñas y niños han vivido bullying. En 2023, casi mil menores fueron atendidos en hospitales por violencia física en sus escuelas, según la Red por los Derechos de la Infancia en México.

Ante esta realidad, la diputada Sandoval no se anda con rodeos: el bullying puede tener consecuencias devastadoras, y es urgente que los maestros tengan herramientas reales para detectarlo a tiempo y actuar. No se trata solo de enseñar matemáticas o historia, sino de formar personas capaces de convivir, de respetar y de construir una sociedad donde no reine la ley del más fuerte.

Por eso, insiste en que la “nueva escuela mexicana” debe ser un espacio sin violencia, donde lo importante no sea solo pasar exámenes, sino también aprender a vivir con los demás. Y eso empieza por reconocer la importancia de la salud mental en el aula. Si la reforma se aprueba, la idea es fortalecer lo que los especialistas llaman “psicoeducación”, es decir, enseñar habilidades emocionales y sociales desde pequeños, para que aprendan a manejar el enojo, poner límites y pedir ayuda cuando la necesiten.

En tiempos donde los gritos a veces suenan más que los argumentos, una iniciativa que pone el foco en la empatía, el respeto y la salud emocional parece no solo necesaria, sino urgente. Porque educar también es cuidar, y si no lo hacemos desde la raíz, las consecuencias nos alcanzan a todos.

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