La reciente crisis por los bloqueos carreteros en corredores logísticos clave del país ha dejado una herida profunda en la industria mexicana. Tras más de 72 horas de parálisis en rutas del Bajío, Occidente y Altiplano, la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra) ha alzado la voz para reconocer el acuerdo alcanzado entre el Gobierno Federal y los productores agrícolas, pero también para enviar un contundente mensaje: los bloqueos no pueden ser el método para dirimir diferencias. La Cámara, representante fundamental del sector productivo, manifiesta que si bien el diálogo es el camino, las vías de comunicación no pueden ser el costo a pagar por ello.
Las afectaciones económicas han sido cuantiosas. Las pérdidas directas para la industria superan los 2,300 millones de pesos, un monto que se traduce en retrasos críticos en el transporte de mercancías, la cancelación forzosa de entregas y la asunción de costos extraordinarios de almacenaje. Más allá de las cifras, el desabasto temporal de insumos industriales y de alimentos básicos repercutió directamente en la cadena de valor, impactando los precios finales al consumidor y obligando a un cierre parcial de operaciones en numerosas micro y pequeñas empresas, cuyo modelo de negocio depende de un flujo diario y constante de suministros.
Canacintra respalda sin reservas las soluciones institucionales y la búsqueda de acuerdos. No obstante, es enfática en su advertencia: ninguna demanda, por legítima que sea, debe expresarse mediante acciones que paralicen la movilidad nacional y pongan en riesgo la seguridad de las cadenas productivas y de la población. La Cámara argumenta que estas prácticas no solo encarecen de manera inmediata los costos logísticos, sino que, en el mediano plazo, erosionan un activo invaluable para el país: la confianza en la estabilidad del entorno productivo mexicano, fundamental para atraer y retener inversiones.
La postura de la Cámara adquiere una dimensión adicional al considerar que entre sus agremiados se encuentra el estratégico sector agroindustrial. Este eslabón es crucial, ya que no solo agrega valor a los productos del campo, sino que integra cadenas que vinculan directamente la agricultura con la manufactura y la exportación. Por esta razón, Canacintra reafirma su compromiso con un desarrollo equilibrado de toda la cadena agroalimentaria, reconociendo que la estabilidad del campo es condición sine qua non para la estabilidad de la industria que de él depende.
Ante este escenario, el llamado de la industria es claro y constructivo. Canacintra urge a fortalecer los mecanismos de atención temprana y a establecer mesas de coordinación permanentes que involucren al Gobierno, a los productores y a los diversos sectores industriales. El objetivo es anticipar y resolver los conflictos antes de que escalen a puntos de quiebre, preservando así la libre movilidad de bienes, insumos y personas. La industria mexicana, una fuerza activa en la reconstrucción económica y la creación de empleo formal, reitera su disposición al diálogo constructivo, convencida de que la prosperidad nacional solo se alcanza mediante una colaboración sólida y responsable entre el sector productivo, el Gobierno y la sociedad.















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