De lo invisible a lo justo: los cuidados ya son tema de Estado

Por Bruno Cortés

 

En el corazón del Castillo de Chapultepec, ese lugar que ha sido testigo de tantas batallas y decisiones históricas, esta vez no se habló de guerras ni de tratados, sino de algo mucho más cotidiano pero igual de importante: el trabajo de cuidar.

Durante la clausura del Foro Parlamentario de América Latina y el Caribe, en el marco de la XVI Conferencia Regional sobre la Mujer, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez Luna, puso sobre la mesa una verdad que muchas veces se ignora: cuidar no debería ser un castigo silencioso que recae siempre en las mujeres, y mucho menos algo que se herede de generación en generación como una condena.

Lo dijo claro: es momento de cambiar la forma en la que pensamos el cuidado, dejar atrás esa idea de que solo nuestras abuelas, madres y bisabuelas tenían que hacerse cargo del hogar, de los hijos, de los enfermos, sin paga, sin reconocimiento, sin descanso. Eso ya no puede seguir igual.

Con tono firme pero emotivo, Gutiérrez Luna aseguró que desde San Lázaro habrá respaldo a las propuestas que las legisladoras —de México y de toda la región— impulsarán para que este tema deje de estar en las sombras. Porque, como él mismo dijo, es lo justo.

Y sí, lo que se vivió en este foro fue un momento histórico. No solo porque se reunieron diputadas, senadoras y liderazgos de alto nivel de América Latina y el Caribe, sino porque todas coincidieron en algo: el sistema de cuidados debe dejar de depender del sacrificio de las mujeres y convertirse en una política pública respaldada por leyes y presupuesto.

Había representantes de Uruguay, Cuba, Guatemala, Puerto Rico, Trinidad y Tobago y muchos países más. Estaban ahí figuras como Anais Burgos, presidenta de la Comisión de Igualdad de Género en Diputados; Carolina Cosse, vicepresidenta de Uruguay; Ana Güezmes de la CEPAL; y María Noel Vaeza de ONU Mujeres. Todas con el mismo objetivo: empujar hacia adelante un nuevo pacto social que reconozca, redistribuya y reduzca la carga del cuidado.

El mensaje fue potente. No se trata solo de legislar, sino de transformar una realidad muy arraigada: que cuidar es cosa de mujeres y que es “natural” hacerlo gratis. Eso ya no puede seguir siendo normal.

Además, este foro no solo sirvió para hablar del presente, sino también para honrar a las mujeres del pasado, esas que sostuvieron familias enteras con su trabajo invisible. Pero, sobre todo, fue un compromiso con las generaciones que vienen, para que nuestras hijas crezcan en un país donde cuidar no signifique quedarse atrás.

Así que si alguna vez pensaste que la política no tiene nada que ver contigo, piensa en esto: si tú cuidas a alguien, o alguien te cuida a ti, entonces sí tiene todo que ver. Porque lo que se está discutiendo en espacios como este podría cambiar quién cuida, cómo se cuida y quién respalda ese cuidado.

Y eso, sin duda, es hacer historia.

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