Por Juan Pablo Ojeda
El cometa 3I/ATLAS vuelve a captar la atención de astrónomos y aficionados a la astronomía mientras se acerca a su punto más cercano al Sol. Este objeto es especial: proviene del exterior del sistema solar y es apenas el tercer cuerpo interestelar identificado hasta la fecha, después de Oumuamua en 2017 y 21/Borisov en 2019.
Su nombre refleja su singularidad: el número 3 indica que es el tercer objeto interestelar conocido, la letra I señala su origen interestelar y ATLAS hace referencia a la red de telescopios que lo descubrió. A diferencia de un asteroide rocoso, 3I/ATLAS fue catalogado como cometa, ya que posee un núcleo helado y una coma, la característica nube brillante de gas y polvo que se forma a medida que se acerca al Sol.
Se presume que este cometa se formó en otro sistema estelar y fue expulsado al espacio interestelar. Durante millones o incluso miles de millones de años ha viajado por el cosmos hasta ingresar recientemente a nuestro sistema solar, según explica la NASA.
Su trayectoria hiperbólica indica que no orbita el Sol como los planetas o asteroides del sistema solar, sino que simplemente atraviesa nuestro vecindario estelar a gran velocidad, aproximadamente 61 km/s, y seguirá su viaje hacia el espacio interestelar, sin regresar jamás.
¿Amenaza para la Tierra?
A pesar de su velocidad, la NASA descarta cualquier peligro. El cometa no se acercará a menos de 240 millones de kilómetros de nuestro planeta. Se espera que el 30 de octubre alcance su perihelio, o punto más cercano al Sol, ubicado a 210 millones de kilómetros, dentro de la órbita de Marte. Posteriormente, 3I/ATLAS reaparecerá al otro lado del Sol a principios de diciembre, lo que permitirá nuevas observaciones y estudios sobre este visitante interestelar.
El paso de 3I/ATLAS nos recuerda lo vasto y dinámico que es nuestro universo y la importancia de seguir explorando y estudiando objetos que provienen de más allá de nuestro sistema solar.















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