Por Bruno Cortés
El escenario político mexicano vive una nueva etapa donde la viralidad en redes sociales se convierte en campo de batalla. Este lunes 20 de octubre de 2025, las críticas hacia la presidenta Claudia Sheinbaum escalaron con más de dos mil publicaciones que impulsaron la consigna de una eventual revocación de mandato en 2027. En paralelo, el empresario Ricardo Salinas Pliego, durante su cumpleaños, encendió la conversación digital con un mensaje crítico sobre el rumbo del país, que acumuló más de siete mil reacciones en pocas horas.
El mensaje de Salinas Pliego, difundido en plataformas como X y TikTok, provocó una ola de apoyo bajo el hashtag #SoyTeamSalinasPliego, con miles de usuarios sumándose a su postura y compartiendo frases como “¡Sáquenlos del poder!”. Al mismo tiempo, crecieron los comentarios que comparan la administración actual con gobiernos anteriores, mientras la presidenta Sheinbaum respondía desde eventos públicos, reafirmando su disposición a ser evaluada por los ciudadanos en 2027.
El intercambio digital se intensificó con publicaciones que abordaron temas sensibles, como la respuesta gubernamental ante las recientes inundaciones en varios estados. Algunos mensajes calificaron la reacción oficial como tardía, mientras otros defendieron las acciones federales en materia de atención a emergencias. En cuestión de horas, la conversación derivó en una polarización política amplificada por memes, hilos y videos virales.
En el otro extremo del debate, Salinas Pliego capitalizó la coyuntura al posicionarse como figura mediática de oposición. Su discurso, centrado en la crítica al manejo económico y a la transparencia gubernamental, resonó especialmente entre sectores que exigen mayor rendición de cuentas. El empresario ha mantenido una presencia constante en redes, donde su estilo directo y provocador le permite conectar con una audiencia amplia, particularmente entre jóvenes y emprendedores.
Analistas coinciden en que el fenómeno trasciende la coyuntura. La viralización de discursos políticos muestra cómo la conversación pública ya no se limita a los canales tradicionales: hashtags, likes y firmas digitales se han convertido en nuevas formas de presión ciudadana. Las redes sociales funcionan hoy como termómetro y amplificador de la opinión pública, capaces de moldear narrativas y alterar el equilibrio de poder.
A la par de la disputa en línea, Sheinbaum mantiene una estrategia de comunicación enfocada en la continuidad de los programas sociales y en la estabilidad económica. Su administración enfrenta un contexto complejo marcado por la exigencia de resultados inmediatos y la necesidad de recuperar la confianza tras las crisis climáticas y los problemas de infraestructura en varios estados.
Por su parte, el nombre de Salinas Pliego continúa generando controversia por su relación con temas fiscales y empresariales. Sin embargo, su habilidad para insertarse en el debate político le ha otorgado relevancia mediática más allá del ámbito económico, consolidándolo como una voz influyente en el México digital.
Las discusiones también han servido de plataforma para el desahogo ciudadano. En redes proliferan mensajes que denuncian corrupción en gobiernos estatales, mientras otros piden unidad ante la crisis económica. Los foros y comunidades virtuales se han convertido en espacios donde conviven la crítica política, la sátira y la participación social activa.
El episodio entre Sheinbaum y Salinas Pliego sintetiza la transformación de la política mexicana en la era de la hiperconectividad. La arena pública ya no se define solo por los discursos oficiales, sino por la velocidad con la que una publicación puede alterar la narrativa nacional. En 2025, el poder también se mide en interacciones.
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