Por Juan Pablo Ojeda
Montevideo amaneció este miércoles teñida de luto, pero también de agradecimiento. Miles de personas salieron a las calles para despedir al expresidente José “Pepe” Mujica, uno de los líderes más emblemáticos de América Latina, cuya muerte fue confirmada este martes a los 89 años. El cortejo fúnebre, acompañado por su esposa Lucía Topolansky y el presidente uruguayo Yamandú Orsi, partió desde la Torre Ejecutiva rumbo al Palacio Legislativo, donde el cuerpo será velado en el Salón de los Pasos Perdidos.
Antes de salir, el presidente Orsi colocó la bandera de Uruguay sobre el féretro, que fue transportado en una cureña militar. Luego, entre aplausos y lágrimas, el recorrido avanzó por la avenida 18 de Julio, acompañado por militantes del Movimiento de Participación Popular, agrupación creada por Mujica dentro del Frente Amplio. Vestidos de negro, muchos llevaban camisetas con la frase que ya se volvió símbolo de su legado: “No me voy, estoy llegando”.
Esa frase, que él pronunció en 2015 al dejar la presidencia, resonó con fuerza entre la multitud: “Me iré con el último aliento y donde esté estaré por ti, estaré contigo, porque es la forma superior de estar con la vida”. Mujica no solo dejó huella por su gestión como presidente entre 2010 y 2015, sino por su estilo de vida austero, su lenguaje directo y su compromiso constante con las causas sociales.
El cortejo hizo paradas simbólicas frente a las sedes de los movimientos que marcaron su vida política: primero el Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros, donde fue guerrillero y preso político durante la dictadura; después el Movimiento de Participación Popular y el Frente Amplio, coalición que lo llevó al poder.
A las 15:00 horas se abrió el Palacio Legislativo al público para dar inicio al velorio oficial, al que se espera acudan miles de ciudadanos, líderes políticos y figuras internacionales. Aún no se ha confirmado si durará 24 o 36 horas.
Mujica falleció a un año de haber anunciado públicamente que padecía un cáncer de esófago, que con el tiempo se extendió al hígado. A pesar del diagnóstico, siguió activo en la vida pública y concediendo entrevistas hasta principios de este año.
El presidente Orsi, visiblemente conmovido, despidió a Mujica con un mensaje breve pero poderoso: “Te vamos a extrañar mucho viejo querido. Gracias por todo lo que nos diste y por tu profundo amor por tu pueblo”.
Pepe Mujica no fue un político convencional. Fue campesino, guerrillero, preso, senador, presidente y, por encima de todo, un referente moral para muchas generaciones. Hoy Uruguay lo llora, pero también lo celebra. Porque como él mismo dijo, “no me voy, estoy llegando”.
Deja una respuesta