Por Juan Pablo Ojeda
La relación entre México y Cuba no es una ocurrencia reciente ni una apuesta ideológica de un solo gobierno. Así lo dejó claro la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, quien en conferencia de prensa defendió la continuidad de los acuerdos bilaterales entre ambos países y recordó que, sexenio tras sexenio, distintos presidentes mexicanos —sin importar partido— han mantenido vínculos políticos, diplomáticos y energéticos con la isla.
Sheinbaum subrayó que hablar de estos acuerdos es importante para ponerlos en contexto histórico y evitar la idea de que se trata de decisiones inéditas. “Si no se dice, parece que somos los primeros que lo hacen”, señaló. La mandataria explicó que la cooperación con Cuba se da, primero, dentro de un marco legal y como una decisión soberana de México, y segundo, como parte de una tradición de apoyo que ha existido durante décadas.
Para ilustrarlo, la presidenta hizo un repaso de los encuentros presidenciales entre ambos países. Recordó que Luis Echeverría fue el primer mandatario mexicano en visitar Cuba tras la Revolución; después, José López Portillo viajó a La Habana. Durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, Fidel Castro visitó México y el propio Salinas acudió a Cuba tras la caída de la Unión Soviética. Ernesto Zedillo asistió a una Cumbre Iberoamericana y se reunió con disidentes; Vicente Fox protagonizó el episodio del “comes y te vas”, aunque Fidel Castro sí visitó México; Felipe Calderón viajó a La Habana con acuerdos de cooperación técnica y energética; Enrique Peña Nieto mantuvo la relación y recibió a Raúl Castro en Mérida; Andrés Manuel López Obrador visitó Cuba y, en años recientes, Miguel Díaz-Canel ha estado varias veces en México.
Más allá de los gestos políticos, Sheinbaum también detalló la cooperación energética y financiera entre ambos países. Recordó que desde 1994, durante el llamado “periodo especial” en Cuba, se formalizó una inversión de 350 millones de dólares para modernizar la refinería de Cienfuegos, bajo un esquema de intercambio de deuda por inversión. En 2012, Pemex firmó cartas de intención para brindar asistencia técnica a la empresa petrolera cubana, lo que permitió su participación en proyectos de exploración junto a consorcios internacionales.
La presidenta también destacó que durante el gobierno de Enrique Peña Nieto se condonó el 70 por ciento de la deuda que Cuba mantenía con Pemex, mientras que el resto fue reestructurado con el objetivo de fomentar el comercio bilateral. Para Sheinbaum, estos antecedentes muestran que la relación México-Cuba ha sido constante, pragmática y transversal a distintos gobiernos, más allá de colores políticos.
Con este mensaje, la mandataria buscó dejar claro que la política exterior hacia Cuba no responde a improvisaciones, sino a una historia diplomática larga, marcada por cooperación, continuidad y decisiones tomadas desde la lógica de la soberanía nacional.















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