Rubén Moreira quiere “poner orden” en el Congreso

Por Bruno Cortés

 

El diputado Rubén Moreira Valdez, coordinador del PRI en la Cámara de Diputados, puso sobre la mesa una propuesta que podría cambiar la forma en que se discuten las leyes en México. Su idea es sencilla, pero con mucha carga política: que una vez que un legislador presente una reserva —es decir, una propuesta para modificar un dictamen o una ley en el Pleno— ya no pueda echarse para atrás. Que se vote sí o sí.

¿Y por qué eso importa? Porque hoy, cuando los diputados suben al micrófono a “reservar” algo, muchas veces lo hacen solo para ganar tiempo, figurar o negociar. Pero al final, retiran la reserva antes de que se someta a votación. Eso deja en el aire el debate real y evita que quede registro de qué posturas apoyó o rechazó cada bancada. Según Moreira, esta práctica —que él atribuye al Partido del Trabajo— se ha vuelto una especie de truco parlamentario que confunde al público y empantana el trabajo legislativo.

Con su propuesta, el priista busca que el proceso sea más transparente: si alguien hace una reserva, que se discuta y se vote, y que quede constancia de quién votó qué. En palabras llanas: “que los diputados se mojen”, que asuman su postura públicamente y no se escondan detrás de los tecnicismos del reglamento.

Pero el coordinador del PRI fue más allá. Dijo que también propondrá que las sesiones ordinarias de la Cámara vuelvan a ser completamente presenciales, sin modalidad a distancia. Según él, los diputados deben estar en el recinto, debatir frente a frente y no desde una pantalla, sobre todo cuando se discuten temas trascendentales. Puso de ejemplo que pronto comparecerá Marcelo Ebrard ante la Junta de Coordinación Política (Jucopo) y que, en su opinión, el debate presencial da más seriedad y compromiso.

Además, Moreira insistió en fortalecer el trabajo en comisiones. Propone que haya más tiempo entre que llega una iniciativa y se discute en el Pleno, para evitar que las leyes se aprueben “al vapor”. Dijo que en las comisiones hay más espacio para reflexionar y negociar, mientras que en el Pleno muchas veces los legisladores de la mayoría solo “levantan la mano”.

En otro tema, el diputado habló sobre la reciente postura del PAN de no buscar más alianzas con otros partidos. Frente a eso, Moreira fue claro: el PRI seguirá siendo aliancista. Aseguró que las alianzas son necesarias para “enfrentar a Morena, que busca quedarse con el poder y destruir la democracia”. Pero también aclaró que el PRI está listo para caminar solo si hace falta, y presumió que gobiernan dos estados “muy importantes” con buenos resultados.

Sobre la presidenta de la República —quien opinó sobre la decisión del PAN—, Moreira consideró que no debería meterse en los asuntos internos de los partidos. “El país tiene problemas más urgentes”, dijo, señalando los casos de Hidalgo, Veracruz y Puebla, estados con afectaciones graves por distintos conflictos sociales y económicos. Además, criticó que el gobierno esté preparando “un aumento de impuestos y el recorte del presupuesto”, mientras el país, según él, sigue con una economía débil, sin crecimiento y con más deuda pública que nunca.

El líder priista también lanzó un mensaje político más amplio: advirtió que Morena “no se va a querer ir del poder cuando pierda” y que, por eso, las alianzas opositoras no solo deben ser electorales, sino también estratégicas para defender los votos y los contrapesos.

En resumen, Moreira quiere un Congreso más serio, con debates reales y sin simulaciones; un gobierno que se concentre en gobernar y una oposición que, aunque dividida, no se deje arrasar. La discusión de fondo, sin embargo, es otra: ¿quiere el PRI realmente modernizar el trabajo legislativo o solo marcar distancia con Morena y el PAN en un momento político de reacomodos?

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