Por Bruno Cortés
En medio del ajetreo legislativo y los temas candentes del Congreso, esta vez el silencio fue más elocuente que cualquier discurso. Desde la Cámara de Diputados, el presidente de la Junta de Coordinación Política, Ricardo Monreal Ávila, se tomó un momento para despedir con respeto a uno de los personajes más queridos de la izquierda latinoamericana: el expresidente de Uruguay, José “Pepe” Mujica, quien falleció este 13 de mayo a los 89 años.
Monreal no necesitó de foros ni conferencias para expresarse; bastó un mensaje en redes sociales donde resumió lo que Mujica significó para muchos más allá de su país natal: “Hoy despedimos a un líder coherente, humilde y humano que vivió con dignidad y luchó con esperanza”.
El mensaje también incluyó un guiño a la historia compartida entre ambos: “Recordamos con cariño su visita al Senado”, escribió el legislador zacatecano, en alusión al encuentro que varios senadores mexicanos tuvieron años atrás con Mujica, donde su sencillez y franqueza dejaron una marca profunda.
Más allá de los cargos y las banderas políticas, Monreal usó palabras que pocos disputan: coherencia, humildad y esperanza. Y es que el legado de Pepe Mujica va más allá de la política tradicional; es símbolo de una forma distinta de ejercer el poder, desde la austeridad real y el compromiso con las causas sociales. Un presidente que vivía en una casa modesta, que donaba la mayor parte de su sueldo y que hablaba de frente, sin poses ni teleprompter.
En un Congreso mexicano donde muchas veces los discursos se pierden entre cifras, grilla y cálculo electoral, el gesto de Monreal resalta como un recordatorio de que también en la política cabe la admiración sincera y el respeto entre luchas compartidas, aunque sean en distintas tierras.
Hoy América Latina despide a Pepe Mujica, y desde México, uno de los líderes del Congreso le dice adiós no con ruido, sino con palabras sencillas, como las que el mismo Mujica solía usar.
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