Casi tres décadas después de su hallazgo, un fósil descubierto en el suroeste de Japón ha revelado un secreto extraordinario: pertenece a un género y especie de pterosaurio hasta ahora desconocidos. El espécimen, una vértebra cervical hallada en 1996 en la prefectura de Kumamoto, ha sido oficialmente clasificado como Nipponopterus mifunensis, el primer representante de un nuevo linaje de estos reptiles voladores prehistóricos.
El fósil, que mide 6.5 centímetros de largo, 2.5 de ancho y 0.7 de alto, fue extraído de una capa rocosa de aproximadamente 90 millones de años, correspondiente al periodo Cretácico superior. Desde un inicio, se creyó que podría pertenecer a un pterosaurio del grupo Azhdarchidae, conocidos por sus largos cuellos y grandes dimensiones. Sin embargo, análisis más recientes realizados por paleontólogos del Museo de Dinosaurios de Mifune, junto con investigadores de la Universidad de Kumamoto y la Universidad de Hokkaido, demostraron que el fósil no coincidía con ninguna especie previamente identificada.
El elemento óseo corresponde a la sexta de un total de nueve vértebras cervicales, una pieza clave en la anatomía de estos animales. Tras comparar detalladamente su morfología con otros fósiles de Asia y otros continentes, los expertos detectaron cuatro características anatómicas únicas. Estas diferencias estructurales fueron suficientes para declarar que se trata de un nuevo género y especie, lo que representa un avance significativo para la paleontología japonesa y mundial.
“Este hallazgo demuestra que Japón tuvo una fauna de pterosaurios más diversa de lo que se pensaba”, señaló el jefe de conservación del Museo de Mifune, quien también destacó la fragilidad del fósil y la importancia de su conservación. Según los investigadores, Nipponopterus mifunensis muestra diferencias notables respecto a otros pterosaurios encontrados en China, lo cual podría aportar nuevas pistas sobre la evolución regional de estos vertebrados voladores.
El descubrimiento también subraya el valor de revisar materiales antiguos con nuevas tecnologías y perspectivas científicas. Aunque el fósil permaneció durante años sin una clasificación definitiva, el trabajo conjunto entre instituciones japonesas permitió finalmente reconocer su importancia.
Este nuevo pterosaurio no solo enriquece el registro fósil del archipiélago japonés, sino que también contribuye a una mejor comprensión del ecosistema del Cretácico en Asia oriental. Nipponopterus mifunensis se une así a la creciente lista de criaturas prehistóricas que todavía tienen mucho que contar sobre la historia de la vida en la Tierra.















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