Ni miedo ni soldados: Sheinbaum responde con ley, no con cañones

Por Bruno Cortés

 

En política, no hay que levantar la voz para hacerse escuchar. A veces, basta con hacer valer la Constitución. Y eso es justo lo que, según Ricardo Monreal, está haciendo la presidenta Claudia Sheinbaum frente a los comentarios del expresidente Donald Trump, quien sugirió que México debería aceptar ayuda militar de Estados Unidos para combatir al narcotráfico. ¿La respuesta? Gracias, pero no. Y no por miedo, sino por ley.

Monreal, coordinador de los senadores de Morena y presidente de la Jucopo, defendió públicamente la postura de Sheinbaum de no permitir tropas extranjeras en suelo mexicano, y aseguró que esta decisión está respaldada por el Congreso y por reformas constitucionales recientes. En concreto, se refiere a cambios en los artículos 19 y 40, que refuerzan la soberanía nacional y prohíben expresamente la intervención extranjera, incluso si es “con buena intención”.

Y es que la historia no se olvida fácil. Monreal recordó lo que pasó con el Plan Colombia, cuando EE.UU. mandó soldados a combatir el narco allá. ¿Resultado? Más violencia, más problemas, y al final, una salida complicada. Por eso, lo que plantea México es distinto: en lugar de helicópteros y soldados gringos, una estrategia de cooperación bilateral, inteligencia compartida y, sobre todo, respeto a la soberanía.

A la par de este tema espinoso, Monreal tocó varios más en su ya clásica ronda de declaraciones ante la prensa. Por ejemplo, celebró que Sheinbaum haya reafirmado su compromiso con reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales antes de 2030. No será inmediato, advirtió, pero el proceso se abrirá al diálogo con empresarios, sindicatos y sociedad civil. A eso, le llamó “una discusión enriquecedora”. La presión, claro, ya está en la cancha del Congreso.

Sobre el polémico caso del Rancho Izaguirre en Jalisco, Monreal dijo que está de acuerdo en que se investigue sin tintes partidistas. Confió en la neutralidad del fiscal Gertz Manero, y dijo que no hay indicios de persecución política.

Y también aprovechó para hablar del proceso de selección de jueces y magistrados, que ahora será por voto popular. Aunque se ha dicho que hay perfiles ligados al crimen organizado, Monreal no ve que pasen el filtro. Dice confiar en el tribunal electoral y, sobre todo, en la ciudadanía: “la gente no va a votar por delincuentes”, aseguró.

La reforma al Poder Judicial, según él, era urgente. “La justicia estaba al mejor postor”, dijo. Ahora, con un sistema donde el pueblo elige a los impartidores de justicia, cree que habrá una sacudida positiva. Para Monreal, la clave es clara: que jueces y ministros sepan que ya no le rinden cuentas a un grupo de poder, sino a la gente.

Finalmente, sobre la nueva ley de telecomunicaciones, dijo que diputados y senadores ya trabajan para afinarla y generar consensos. Nada está cerrado, pero se buscará una solución negociada.

En resumen, entre temas espinosos como el narcotráfico, la jornada laboral y la elección de jueces, Monreal dejó claro que el Congreso cerrará filas con Sheinbaum. Su bandera, dicen, será la Constitución. Y por ahora, la política exterior de México no se decide en Washington, sino en el pleno del Congreso mexicano.

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