Monreal impulsa a universitarias de la UNAM a tomar el futuro político en sus manos

Por Bruno Cortés

 

El Salón Legisladores de la Cámara de Diputados se llenó de juventud, entusiasmo y muchas ideas. El presidente de la Junta de Coordinación Política y coordinador de Morena, Ricardo Monreal Ávila, inauguró el Tercer Parlamento de la UNAM, Edición Minerva, igualdad sustantiva, un ejercicio donde solo participan mujeres universitarias que, por un día, asumen el papel de diputadas y aprenden cómo se construyen las leyes en México.

Monreal habló con la emoción de un maestro que cree en sus alumnas. Dijo que su objetivo no es solo enseñarles cómo funciona el Congreso, sino sembrarles una semilla: la inquietud, la inconformidad y la preocupación por los problemas sociales. “Cuando ustedes nos sustituyan, quiero que lo hagan mejor que nosotros”, afirmó, dejando claro que ve en las nuevas generaciones el futuro de la política mexicana.

Recordó que cuando él fue diputado por primera vez, en 1988, no existían espacios así. Por eso, ahora impulsa programas como Jóvenes Legislando o Jóvenes Dialogando por el Segundo Piso de la Cuarta Transformación, que buscan acercar a las y los estudiantes al quehacer público. “Yo quiero sembrar la semilla de la inquietud —dijo—, que se preocupen por los problemas de México y se atrevan a pensar soluciones”.

En su intervención, destacó el papel creciente de las mujeres dentro de Morena y en la política nacional. De los 253 integrantes de su bancada, 140 son diputadas, una cifra que refleja la paridad de género que hoy rige en la vida pública. Pero Monreal fue más allá: reconoció que las mujeres están empujando fuerte “en todos los ámbitos: en la cultura, en el arte, en la política, en el sector público y en el privado”.

El ejercicio parlamentario que inauguró busca precisamente eso: empoderar a las mujeres jóvenes desde la universidad, enseñarles a debatir, a perder el miedo y a defender sus ideas. En esta edición, las participantes formaron grupos parlamentarios con nombres como Blanco, Rosa, Púrpura y Verde, además de comisiones de Educación, Justicia, Salud y Vivienda. Cada grupo preparó iniciativas sobre temas reales: atención respetuosa a la maternidad, protección digital contra la violencia, igualdad en el acceso a la educación y la propiedad.

Monreal tomó protesta a las jóvenes diputadas simbólicas, quienes juraron “mirar siempre por el bien y la prosperidad de la unión”. Acto seguido, el Pleno juvenil arrancó su sesión, donde las universitarias subieron a tribuna a exponer, debatir y votar como si fueran legisladoras reales. Hubo nervios, risas y, sobre todo, convicción.

Más allá de la simulación, el fondo del mensaje fue claro: formar una nueva generación de mujeres políticas, preparadas y conscientes de su papel en la construcción del país. En palabras de Monreal, se trata de “formarlas, capacitarlas e iniciar una semilla de actividades públicas que algún día florezca en verdaderas servidoras de la nación”.

El Parlamento Minerva no solo es un ejercicio académico, sino una apuesta política: sembrar en la juventud —y en especial en las mujeres— el interés por el debate público, la empatía social y la convicción de que el poder puede ejercerse con conocimiento y compromiso.

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