Kenia López Rabadán pide poner orden fiscal para que México no espante inversiones

 

La presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Kenia López Rabadán, lanzó una advertencia con tono de sensatez: si México quiere atraer inversiones y generar empleos, tiene que dejar de cambiar las reglas fiscales como si fueran cartas en una baraja. En pocas palabras, el país necesita un marco fiscal “claro, simple y predecible” que dé certeza tanto al gobierno como a las empresas y contribuyentes.

Durante una reunión con la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco Servytur), López Rabadán subrayó que la incertidumbre en temas fiscales se ha convertido en un freno para la inversión, especialmente en un momento clave en el que se renegocia el T-MEC. “Si no hay reglas claras, nadie va a querer apostar su dinero aquí”, resumió la diputada panista.

El punto central de su mensaje fue la confianza. Explicó que cuando las empresas —mexicanas o extranjeras— no saben con qué criterios actúan Hacienda o el SAT, prefieren mover su dinero a otros países más predecibles. Y esa desconfianza, dijo, termina afectando directamente al bolsillo de los trabajadores, porque sin inversión no hay empleo, y sin empleo no hay crecimiento.

La legisladora recordó que incluso la American Chamber, que agrupa a empresas estadounidenses que operan en México, ha manifestado su preocupación por la falta de claridad en los procedimientos fiscales. “Hay que detener esa incertidumbre, sobre todo en medio de la negociación del T-MEC”, insistió, al advertir que el resultado de ese acuerdo comercial impactará directamente a los empleadores, los trabajadores y la competitividad del país.

En resumen, López Rabadán pidió que el Congreso trace reglas fiscales estables que no dependan de los ánimos políticos del momento, sino que den certidumbre a largo plazo. Porque, como dijo con tono firme, “solo con certezas se construye confianza, y solo con confianza se genera inversión”.

¿El mensaje de fondo? Que México necesita dejar de improvisar con los impuestos y la recaudación si quiere ser un país serio para los negocios, y no uno del que las inversiones salgan corriendo a la primera señal de cambio.

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