Diputados abren ruta para rescatar la formación médica en México

Por Bruno Cortés

 

La Cámara de Diputados arrancó un esfuerzo que, aunque suene técnico, va directo al corazón del sistema de salud: cómo formamos a nuestros médicos especialistas. El diputado Fernando Mendoza Arce, de Morena y secretario de la Comisión de Salud, reunió a académicos, médicos y representantes de instituciones públicas en unas mesas de trabajo que buscan poner sobre la mesa lo que muchos en los hospitales llevan diciendo años: no basta con construir hospitales nuevos si no hay especialistas suficientes para atenderlos.

Mendoza abrió el encuentro con una idea sencilla pero poderosa: antes de legislar, hay que escuchar a quienes viven todos los días la realidad hospitalaria. Explicó que la falta de especialistas no es un asunto menor, sino uno de los problemas más graves del país. En pocas palabras, puedes tener quirófanos de última generación, pero si no hay quien los use, se vuelven cuartos vacíos. Además, reconoció que el modelo actual de formación arrastra fallas históricas: jornadas maratónicas, desgaste físico y emocional, y un esquema que muchas y muchos residentes consideran obsoleto.

En esa misma línea, la diputada María Magdalena Rosales Cruz, también secretaria de la Comisión, explicó que México arrastra décadas de abandono en la formación de personal médico. Dijo que es momento de revisar el currículo, no sólo para reforzar la parte técnica, sino para incluir temas que llevan años rezagados, como derechos humanos y el enfoque social del trabajo clínico. Lo dijo claro: la formación médica quedó atrapada en un modelo antiguo que no responde a la realidad de los hospitales ni a las necesidades del país.

Rosales recordó que, cuando trabajó en el ISSSTE, era común recibir quejas de residentes que no tenían dónde dormir porque los dormitorios no daban abasto. Historias así —que se repiten en hospitales de todo el país— muestran que la crisis no es nueva: es el resultado de una política pública que durante más de 30 años redujo la inversión en salud y dejó a las instituciones formadoras en estado de abandono.

El diputado Arturo Hernández Tapia puso otro punto clave sobre la mesa: el sistema de salud está cambiando, y la formación debe cambiar con él. Explicó que el nuevo modelo busca orientar los servicios al bienestar, con una visión más preventiva y menos centrada en el enfoque clásico de enfermedad-tratamiento. También insistió en que el bienestar debe incluir al personal médico —porque no se puede pedir excelencia a residentes que trabajan en condiciones inhumanas— y en que México no debe copiar modelos extranjeros impuestos por grandes farmacéuticas.

Por su parte, la diputada Olegaria Carrazco Macías agradeció a las instituciones participantes y señaló que el objetivo final es lograr estabilidad laboral y condiciones dignas para quienes se están formando. La diputada Rosa Guadalupe Ortega Tiburcio remató que las y los legisladores están listos para traducir estas discusiones en iniciativas concretas y transparentes, con la idea de impulsar cambios reales en la formación médica.

El foro reunió a actores clave del sector: la UNAM, escuelas de especialidades, el ISSSTE, el IMSS, Pemex y más. Todos coincidieron en que si México quiere un sistema de salud que funcione, debe empezar por la base: formar mejor, cuidar mejor y escuchar más a quienes sostienen el sistema desde dentro.

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