Por Juan Pablo Ojeda
La Secretaría de Salud Pública de la Ciudad de México confirmó que el número de víctimas mortales por la explosión de una pipa de gas en el Puente de la Concordia, en Iztapalapa, ascendió a 32. La víctima más reciente es Tiffany Odette “N”, de tan solo 16 años, quien se encontraba internada en el Instituto Nacional de Rehabilitación, donde recibía atención especializada por las quemaduras y lesiones sufridas tras el accidente ocurrido el 10 de septiembre de 2025.
Según la dependencia capitalina, hasta el 21 de octubre de 2025 cinco personas permanecen hospitalizadas en distintos nosocomios de la ciudad, mientras que otras 47 ya fueron dadas de alta, aunque continúan en seguimiento médico por posibles secuelas físicas y psicológicas derivadas de la tragedia.
El accidente se registró cuando una pipa de gas de la empresa Transportadora Silza descendía hacia una curva del puente y volcó, provocando una fuga de gas LP. Pasados 31 segundos del impacto, la nube de gas se encendió, convirtiéndose en una inmensa llama que afectó a personas, vehículos y la infraestructura circundante. La magnitud del siniestro provocó momentos de pánico entre los habitantes y testigos de la zona.
Inicialmente, se pensó que la causa del accidente pudo ser un bache o alguna irregularidad en el pavimento, sin embargo, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México determinó que el posible exceso de velocidad de la pipa habría sido la causa principal. Expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) añadieron que la tragedia fue ocasionada por la deflagración de la nube de gas LP, y no por la explosión del tanque en sí. “De haber explotado el tanque, las consecuencias habrían sido aún más catastróficas”, afirmaron.
Tras el siniestro, Transportadora Silza emitió un comunicado donde asumió su responsabilidad legal y social, confirmando que contaba con tres pólizas de seguro vigentes hasta finales de 2025, que incluyen cobertura por daños a terceros, daños morales y ecológicos, con el objetivo de garantizar apoyo a las víctimas y sus familias. La empresa ha colaborado también con las autoridades para facilitar la atención médica y psicológica de los afectados.
Las autoridades capitalinas han reforzado los protocolos de seguridad en el transporte de gas LP, incluyendo la supervisión de las unidades, revisión de velocidad y condiciones de las rutas, así como capacitación adicional a los conductores. La Secretaría de Salud y la Protección Civil de la CDMX han destacado la importancia de estas medidas para prevenir futuros accidentes similares.
Familiares de las víctimas han solicitado que se mantenga seguimiento integral a los afectados y que se realice una investigación profunda para esclarecer responsabilidades, mientras que expertos en seguridad industrial advierten que la tragedia pone de relieve la necesidad de modernizar y regular estrictamente el transporte de gas LP en zonas urbanas densamente pobladas.
La ciudad continúa conmemorando a las víctimas, y se ha planteado un plan de acompañamiento psicológico para las familias y personas que presenciaron el accidente, ya que el impacto emocional de la deflagración ha dejado secuelas significativas.
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