Por Juan Pablo Ojeda
Bernardo Bravo Manríquez, presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán, fue asesinado este lunes en Michoacán. Su cuerpo fue hallado dentro de una camioneta sobre la carretera Apatzingán-Presa del Rosario, a la altura de la localidad La Tinaja, confirmaron autoridades de la Fiscalía General de Michoacán, quienes ya iniciaron la investigación correspondiente para esclarecer los hechos.
Bravo era un líder agrícola destacado, conocido por su defensa de los productores de limón y su firme postura contra la extorsión y amenazas provenientes de grupos de la delincuencia organizada que operan en la región. Por estas denuncias, el dirigente recibió múltiples advertencias contra su integridad, lo que incluso lo obligó a mudarse temporalmente a Morelia y contar con medidas de seguridad especiales.
En las últimas semanas, Bernardo Bravo se sumó activamente a las movilizaciones de productores de limón, exigiendo mejores precios por los cultivos y la regularización de los días de corte, con el objetivo de evitar la sobreproducción que afecta los ingresos de los pequeños y medianos agricultores. Su trabajo buscaba equilibrar los intereses de la industria citrícola local frente a la presión de intermediarios y grandes compradores.
El asesinato de Bravo genera alarma en el sector agrícola y evidencia la vulnerabilidad de los líderes rurales en Michoacán, un estado donde la violencia vinculada al crimen organizado ha impactado de manera directa a diversas actividades económicas, desde la producción de limón hasta otras frutas y bienes agrícolas estratégicos. La falta de protección efectiva para los líderes productivos pone en riesgo no solo su vida, sino también la estabilidad de comunidades enteras cuya economía depende de la agricultura.
Las autoridades locales han señalado que se investigarán todas las líneas, incluyendo la participación de grupos criminales que buscan controlar la industria del limón en el Valle de Apatzingán. Organizaciones agrícolas y sociales han condenado el homicidio y exigen justicia pronta, mientras se debate la necesidad de reforzar la seguridad en zonas rurales estratégicas para el abastecimiento nacional de cítricos.
Deja una respuesta