CDMX a 25 de octubre, 2025.- En su recién estrenado libro Diario de una Transición Histórica, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ofrece un vistazo sin filtros a los pasillos de la sucesión presidencial de Morena rumbo a 2024, donde reconoce que no todo fue armonía en la transición del poder.
La mandataria no esconde que hubo “tensiones”, “discusiones” y “dificultades” dentro del movimiento oficial, al tiempo que recuerda que ni siquiera el propio Andrés Manuel López Obrador estaba al tanto de todos los detalles del proceso interno. En su relato, Sheinbaum señala que, pese al conflicto, al final la unidad salió adelante y permitió la victoria de la llamada cuarta fase de transformación.
Uno de los pasajes más llamativos es cuando relata su decisión de habitar el emblemático Palacio Nacional. Según ella, dudaba en mudarse ahí, pero López Obrador la convenció: “Palacio Nacional no es solo una residencia; es una responsabilidad que se honra desde el pueblo y para el pueblo”.
Otro momento de claridad política lo dedicó a la contienda por la Jefatura de Gobierno de la CDMX. En su libro describe que nunca apoyó “personalmente” ni a Omar García Harfuch ni a Clara Brugada, aclarando rumores de favoritismos en la interna partidista.
Este libro se publica justo cuando la continuidad política de la llamada transformación entra en una nueva fase. Sheinbaum ofrece esta obra como testimonio personal de una transición que fue tanto simbólica como operativa, un puente entre dos gobiernos, dos estilos y, para muchos, dos etapas de un mismo proyecto político.
Para seguidores de la política mexicana, este texto abre una ventana a lo que suele permanecer tras bambalinas: estrategias, tensiones, alianzas y decisiones que moldean el poder. Pero también plantea preguntas: ¿cuánto de este relato responde a genuina transparencia, y cuánto a la construcción de una imagen política? El tiempo dirá qué efectos tendrá este testimonio sobre el rumbo de Morena y del gobierno que encabeza.
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