En el escenario móvil, dos innovaciones están captando atención: la inclusión de baterías con tecnología de silicio-carbono (Si-C) y sistemas de carga ultra rápida de hasta 90 W (o más). Modelos como el próximo OnePlus 15, con rumores de una batería de 7,000 mAh con tecnología de silicio-carbono, apuntan a alargar la autonomía más allá del día estándar. Mientras tanto, la tendencia hacia accesorios de carga magnética crece alrededor del 20 % gracias a la expectativa de dispositivos menos dependientes del cable.
El OnePlus 15 ha sido protagonista de varios rumores técnicos. Se habla de una batería de entre 7,000 y 7,800 mAh fabricada con química de silicio-carbono, combinada con carga por cable que podría llegar a 100 W y carga inalámbrica de 50 W. Estas especificaciones, de confirmarse, representarían un avance significativo en lo que hoy se considera autosuficiencia energética para un smartphone. (fuentes de rumorología técnica)
La opción de silicio-carbono permite mayor densidad energética frente a las baterías de litio tradicionales, con menor generación de calor bajo carga intensa y mejoras potenciales en la durabilidad del ciclo de vida. Los fabricantes lo adoptan para lograr más mAh sin aumentar sustancialmente el peso o grosor del dispositivo.
Aunque en el caso del Tecno Phantom V Flip2, los datos oficiales contradicen las expectativas de 7,000 mAh y 90 W: este modelo utiliza una batería de 4,720 mAh con carga rápida de 70 W, alcanzando alrededor de 50 % en unos 15 minutos. Esto evidencia que no todos los lanzamientos incorporan de inmediato las tecnologías más audaces, pero marcan el camino.
Los creadores de contenido en YouTube han realizado pruebas de endurance (resistencia) que exaltan los equipos con más capacidad. Tales videos suelen mostrar jornadas de 18 a 24 horas de uso intenso —redes, video, juegos— sin que la batería llegue a niveles críticos. Estas demostraciones virales han contribuido a que los usuarios esperen menos dependencia de cargadores durante el día.
El impacto en el mercado de accesorios también es visible. Los cargadores magnéticos —aquellos que usan imanes para alinearse con el dispositivo— han visto un alza del 20 % en ventas, lo que sugiere que los usuarios están buscando formatos más prácticos para recargar sus dispositivos, sin lidiar con puertos o conectores. Este tipo de carga modular facilita la experiencia diaria y reduce desgaste físico en puertos.
Para el usuario común, estas mejoras significan menos ansiedad eléctrica: menos interrupciones para conectar, menor necesidad de llevar baterías externas, y una mayor tolerancia al uso intensivo. En ambientes urbanos como la CDMX, donde encontrar un enchufe puede ser incómodo, contar con un teléfono que aguante el día completo —o más— es ventaja notable.
No obstante, estos avances también traen retos. Las baterías Si-C suelen tener costos más elevados en producción. Además, aunque prometen mejor gestión térmica, el diseño interno del móvil debe contemplar disipadores adecuados. Otro punto importante es que la carga ultra rápida exige sistemas de protección eléctrica y control de temperatura para evitar degradación prematura.
En conclusión: estamos en una transición hacia lo que podría llamarse “baterías de largo aliento”. Aunque no todos los modelos integran ya estas tecnologías, los rumores del OnePlus 15 y la tendencia de accesorios apuntan con claridad: la promesa de olvidarse del enchufe comienza a materializarse. En los meses por venir será decisivo ver qué tan bien estas baterías aguantan el uso real y cuántas marcas adoptan esta nueva capa de autonomía.
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