En un salón lleno de médicos especialistas, legisladores y representantes institucionales, el Senado de la República abrió un espacio de debate urgente: la necesidad de regular con firmeza la práctica de la cirugía plástica y reconstructiva en México. El foro “Cirugía plástica, impacto del intrusismo como problema emergente de salud pública” expuso con claridad la dimensión del problema: el riesgo real para miles de personas que, al buscar mejorar su apariencia o recuperar su funcionalidad física, se topan con falsos especialistas.
El senador José Manuel Cruz Castellanos, presidente de la Comisión de Salud, encabezó los trabajos y fue enfático: “Reconstruir un rostro o una función física es, en el fondo, reconstruir una vida”. Bajo esta premisa, llamó a reformar el artículo 79 de la Ley General de Salud, para asegurar que únicamente médicos certificados realicen cirugías plásticas, estéticas y reconstructivas, combatiendo así el intrusismo y reduciendo complicaciones médicas prevenibles.
Las imágenes proyectadas durante las ponencias no dejaron lugar a dudas: la falta de regulación ha permitido que personas sin formación médica realicen procedimientos invasivos en condiciones precarias. Cruz Castellanos subrayó que esta situación no solo pone en riesgo la salud de los pacientes, sino que también degrada una especialidad que aporta de forma invaluable a la salud emocional, física y social de las personas.
Desde una perspectiva legislativa, el senador Emmanuel Reyes Carmona, presidente de la Comisión de Economía, coincidió en que “es momento de actuar todos” para frenar esta problemática. Señaló que la iniciativa, aún pendiente de dictamen, debe contemplar asignación presupuestaria para supervisión, certificación de clínicas y aplicación de sanciones a quienes operen al margen de la ley.
El respaldo técnico también fue claro. José Ignacio Santos Preciado, presidente del CONACEM, recordó que ningún hospital formador de especialistas puede cumplir su función sin contar con médicos certificados, infraestructura adecuada y supervisión académica. “La base de la confianza en la medicina es la competencia demostrada”, dijo durante su intervención.
Desde la SEP, el titular de la Unidad de Actualización Normativa, Eurípides Flores, se comprometió a fortalecer los mecanismos legales para que las y los ciudadanos puedan validar la autenticidad de quienes ofrecen estos servicios. “La regulación es también una herramienta de empoderamiento ciudadano”, afirmó.
El componente económico tampoco se dejó fuera. Ricardo Vega Montiel, del Comité de Turismo en México, evidenció que estados como Baja California han visto florecer el turismo médico, pero advirtió que, de cada diez procedimientos estéticos, entre cuatro y cinco son practicados por personas sin acreditación profesional, lo que pone en riesgo la reputación internacional del país y, más grave aún, la vida de quienes buscan atención.
Frente a este panorama, el llamado desde el Senado es claro: urge una reforma moderna, centrada en el paciente y con capacidad de erradicar la impunidad de quienes lucran con la salud. Reconocer la cirugía plástica como una herramienta de inclusión, rehabilitación y dignidad humana implica blindarla con reglas claras, vigilancia activa y respeto a quienes verdaderamente ejercen con ética esta profesión.
















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