Privacidad en juego: la reforma que podría abrir la puerta a la vigilancia

Por Juan Pablo Ojeda

 

En la Cámara de Diputados se sigue calentando el debate sobre la llamada Reforma de Telecomunicaciones, una propuesta que, más allá del título técnico, tiene preocupados a expertos, legisladores y ciudadanos que sí le entienden al tema. ¿Por qué? Porque, si no se revisa a fondo, esta ley podría abrir la puerta a que el gobierno tenga acceso masivo a nuestros datos personales y biométricos, sin que haya controles claros ni garantías reales para protegernos.

Este miércoles, en San Lázaro, se llevó a cabo otra sesión del foro “Reforma de telecomunicaciones: desafíos y oportunidades”, encabezado por el diputado Miguel Monraz Ibarra, del PAN, quien también preside la Comisión de Radio y Televisión. En sus declaraciones, dejó muy claro que esta discusión no es cualquier cosa: estamos hablando del futuro de nuestra privacidad, libertad de expresión y hasta de la seguridad jurídica de quienes invierten en México.

Monraz explicó que una de las mayores preocupaciones es que esta reforma permitiría al Gobierno Federal, a través de la Agencia Digital, recolectar datos biométricos —como huellas, rostro, iris— de millones de personas. ¿El problema? Que no existen garantías claras sobre cómo se protegerán esos datos, ni mecanismos de transparencia para supervisar su uso.

Y no es paranoia. Recordó que en años recientes tanto instituciones públicas como empresas privadas han sido hackeadas, con filtraciones de datos de millones de familias mexicanas. En ese contexto, preguntarse si el gobierno puede con la responsabilidad de cuidar esa información no es exageración, es sentido común.

Otro punto que se discutió fue el de la transferencia internacional de datos, algo fundamental en el mundo digital. Monraz advirtió que si México no garantiza un manejo responsable y seguro de los datos personales, eso podría generar desconfianza no solo entre la ciudadanía, sino también entre inversionistas extranjeros, especialmente de países como Estados Unidos y Canadá. Porque, sí, en el mundo digital, la privacidad es también una cuestión económica.

Además, el diputado panista criticó que el gobierno haya ido metiendo normas sobre datos personales a pedacitos en diferentes reformas —de seguridad pública, telecomunicaciones, incluso en temas de trámites digitales—, lo que impide una discusión seria y una regulación integral. En vez de construir una política robusta y coherente, parece que se está parchando la ley aquí y allá, y eso deja lagunas legales peligrosas.

Lo que encendió aún más las alertas fue la crítica a la Agencia Digital, que según la reforma tendría demasiado poder, al decidir qué hacer con los datos sin una ley que defina con precisión sus límites. Eso, advirtió Monraz, pone en riesgo la libertad de expresión y el derecho a la información, pilares de cualquier democracia funcional.

Y para colmo, los funcionarios que deberían dar la cara no se presentaron. Ni el director de la Agencia Digital, José Merino, ni representantes de la Secretaría de Gobernación acudieron al foro, a pesar de haber sido invitados. Eso, dijo Monraz, muestra una preocupante falta de disposición al diálogo por parte del gobierno.

Por todo esto, hizo un llamado claro: detener la aprobación acelerada de la reforma y abrir un debate serio, técnico y transparente con especialistas, para garantizar que se respeten los derechos de todas y todos. Porque cuando hablamos de acceso a tus datos, hablamos también de quién puede ver tu vida, cómo, y para qué.

Y concluyó con una frase que deja pensando: “No queremos foros solo para tomarnos la foto; queremos decisiones reales que protejan a la gente”. Así que el balón está en la cancha del Congreso, y la pregunta es si legislarán con visión de futuro o con prisas… y con los ojos cerrados.

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