Robert Francis Prevost, Primer Papa Estadounidense, Asume como León XIV

Por Juan Pablo Ojeda

 

El 8 de mayo de 2025, la Iglesia Católica marcó un hito sin precedentes con la elección del cardenal estadounidense Robert Francis Prevost como el 267.º Papa, bajo el nombre de León XIV. El anuncio del “Habemus Papam” desde el balcón de la Plaza de San Pedro, tras un cónclave de dos días en la Capilla Sixtina, desató júbilo entre los fieles y sorpresa mundial, al convertirse en el primer pontífice originario de Estados Unidos en los más de 2,000 años de historia de la Iglesia.

Nacido el 14 de septiembre de 1955 en Chicago, Illinois, Prevost, de 69 años, es un miembro de la Orden de San Agustín con una trayectoria que combina experiencia pastoral, administrativa y global. Ordenado sacerdote en 1982, cuenta con un doctorado en Derecho Canónico por la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino en Roma y ha servido en roles clave, como misionero en Perú (1985-1998), obispo de Chiclayo (2015-2023) y prefecto del Dicasterio para los Obispos desde 2023. Su nombramiento como cardenal en septiembre de 2023 por el Papa Francisco elevó su perfil como papabile, y su ciudadanía peruana, adquirida en 2015, añadió un matiz internacional a su candidatura, mitigando el tabú histórico contra un Papa estadounidense debido al poder geopolítico de Estados Unidos.

El cónclave, iniciado el 7 de mayo tras la muerte de Francisco el 21 de abril, reunió a 133 cardenales electores de 71 países. La elección de Prevost, lograda con al menos 89 votos, refleja un consenso entre quienes buscaban continuidad con la visión pastoral e inclusiva de Francisco y aquellos que valoran su experiencia en la Curia Romana. Su elección del nombre León XIV evoca a León XIII, cuyo pontificado (1878-1903) destacó por abordar cuestiones sociales y modernizar la Iglesia, sugiriendo que Prevost podría priorizar la justicia social, la sinodalidad y el diálogo global.

León XIV asume en un momento de desafíos cruciales: sanar las heridas de los escándalos de abusos, fortalecer la unidad en una Iglesia polarizada y responder al crecimiento del catolicismo en África y Asia. Su experiencia en Perú, donde fue presidente de la Comisión Episcopal para la Protección de Menores, y su énfasis en una Iglesia cercana a los pobres y migrantes, alineado con Francisco, lo posicionan como un líder pastoral con visión global. Sin embargo, ha enfrentado críticas por su manejo de casos de abuso en el pasado, lo que podría ser un punto de escrutinio en su pontificado.

En su primera aparición, se espera que León XIV pronuncie un mensaje de unidad y humildad, reflejando su conocida frase: “Un obispo no debe ser un pequeño príncipe, sino alguien que camina con su pueblo”. Su dominio de cinco idiomas (inglés, español, italiano, francés y portugués) y su reputación como “el menos estadounidense de los estadounidenses” por su trayectoria internacional lo convierten en una figura única para liderar a los 1,400 millones de católicos del mundo.

 

 

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