Por Juan Pablo Ojeda
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo anunció que este año celebrará la Navidad fuera de la Ciudad de México y lo hará en Acapulco, Guerrero, donde permanecerá del 25 al 27 de diciembre. Se trata de un descanso breve, pero simbólico, al tratarse de sus primeras vacaciones decembrinas como jefa del Ejecutivo federal lejos del Palacio Nacional.
Durante su conferencia de prensa matutina, la mandataria explicó que viajará al puerto para pasar las fiestas, aunque subrayó que se mantendrá pendiente de lo que ocurra en el país durante esos días. El mensaje fue claro: habrá un espacio para el descanso, pero sin desconectarse de las responsabilidades del cargo.
El anuncio contrasta con años anteriores, cuando Sheinbaum permaneció en Palacio Nacional durante las fechas clave de diciembre, incluidos el 24, 25 y 31, así como la celebración de Año Nuevo. Esta vez, el destino elegido tiene además un significado personal, ya que Acapulco fue la ciudad que visitó en septiembre de 2024 junto a su esposo, Jesús María Tarriba, para su luna de miel, cuando ya era presidenta electa, aunque aún no asumía formalmente el cargo.
En el plano institucional, la presidenta recordó que, como es tradición, envió un mensaje navideño en el que deseó felices fiestas y agradeció especialmente a las y los mexicanos que viven en Estados Unidos y en otras partes del mundo, reconociendo su esfuerzo y aportación al país incluso desde el extranjero.
El viaje de Sheinbaum se da también en un contexto en el que Acapulco sigue siendo un punto relevante para el gobierno federal, tanto por su valor turístico como por los retos de recuperación que enfrenta el puerto. Así, la Navidad de la presidenta combina un respiro personal con un gesto político hacia una de las regiones más emblemáticas del país.
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