Tener perros, gatos u otros animales de compañía ya no será motivo para que una persona sea rechazada al rentar o comprar una vivienda en la Ciudad de México. Así lo establece la reciente reforma al artículo 4 de la Ley de Vivienda capitalina, publicada en la Gaceta Oficial, que busca erradicar prácticas discriminatorias en el acceso a la vivienda y promover una convivencia más inclusiva.
La medida, vigente desde el 28 de octubre, representa un avance significativo para miles de capitalinos que se enfrentaban a obstáculos o sobrecostos al intentar encontrar un hogar donde pudieran vivir junto a sus animales de compañía. En adelante, los propietarios o agentes inmobiliarios no podrán negar una vivienda con base en la presencia de mascotas, niños u otras condiciones personales o familiares.
El texto legal establece que “por ningún motivo será obstáculo para el ejercicio del derecho a la vivienda la condición económica, origen étnico o nacional, apariencia física, color de piel, lengua, género, edad, discapacidades, condición social, situación migratoria, salud, embarazo, religión, opiniones, preferencia u orientación sexual, identidad o expresión de género, estado civil, creencias políticas, así como la cohabitación con infancias y seres sintientes”.
El término “sintiente” se refiere a todo ser vivo capaz de experimentar sensaciones y emociones —como dolor, miedo, placer o alegría—, lo que incluye a perros, gatos y diversas especies de animales domésticos o silvestres mantenidos en cautiverio.
Este cambio legal aliviará una de las principales dificultades de los habitantes con mascotas, quienes muchas veces se veían obligados a mudarse a zonas lejanas o pagar rentas más altas para poder convivir con sus animales. Tal es el caso de Ismael, un trabajador de la colonia Del Valle que durante meses no consiguió vivienda porque “no aceptaban mascotas”. Finalmente, una amiga le rentó una casa donde pudo vivir con sus dos perros, aunque a costa de trasladarse más de hora y media hasta su trabajo.
De acuerdo con el Inegi, en la capital existen alrededor de 2.9 millones de viviendas donde habitan 7.2 millones de personas mayores de 18 años. El 61.4 % de esos hogares tiene animales de compañía —alrededor de 5.5 millones en total—, de los cuales casi la mitad son perros. Estos datos evidencian la relevancia de adaptar las políticas habitacionales a una realidad donde los animales forman parte esencial de las familias.
La reforma también se vincula con los avances en materia de bienestar animal. El pasado 27 de marzo se publicaron modificaciones a la Ley de Protección y Bienestar Animal, que fortalecen la protección jurídica de los seres sintientes y amplían las obligaciones de las autoridades para garantizar su seguridad, salud y condiciones dignas.
La académica de la Facultad de Derecho de la UNAM, Ana María Ramírez Sánchez, explica que la ley no es nueva, sino una actualización de la Ley de Protección a los Animales de 2002. Desde 2012, el maltrato y la crueldad animal se reconocen como delitos en la capital, y ahora se refuerza la idea de que los animales no son objetos, sino seres con derechos básicos.
Entre los principios que sustenta esta legislación están los cinco dominios del bienestar animal: nutrición, entorno, salud, comportamiento y estado mental, pilares para asegurar que los animales vivan sin sufrimiento y con bienestar integral.
Con esta reforma, la Ciudad de México reafirma su liderazgo en materia de inclusión y derechos, reconociendo que una vivienda digna también implica el derecho a compartirla con los seres con los que formamos vínculos afectivos.















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