Por Juan Pablo Ojeda
La polémica entre el expresidente Ernesto Zedillo Ponce de León y la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo escaló este martes con una nueva carta pública del exmandatario priista, quien respondió a las acusaciones de la actual jefa de Estado sobre el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa). El intercambio, que revive uno de los episodios más controvertidos de la historia reciente de México, pone en el centro del debate político la crisis financiera de 1994-1995 y las decisiones que marcaron el sexenio de Zedillo (1994-2000).
En su conferencia matutina de ayer, Sheinbaum calificó a Zedillo como “vocero de la oposición” y anunció que su gobierno informará sobre presuntos actos de corrupción ligados al Fobaproa, el mecanismo creado para rescatar al sistema bancario mexicano tras la severa crisis económica conocida como el “error de diciembre”. La mandataria, alineada con la narrativa de la Cuarta Transformación, ha señalado repetidamente al Fobaproa como un ejemplo de las políticas neoliberales que beneficiaron a unos pocos a costa del erario público.
Zedillo, quien rara vez interviene en la arena política desde que dejó la presidencia, no se quedó callado. En una carta difundida este martes, defendió las acciones de su gobierno y lanzó un desafío directo a Sheinbaum: hablar del Fobaproa “sin incurrir en falsedades ni calumnias”. El expresidente argumentó que el rescate bancario fue una respuesta necesaria para evitar la quiebra del sistema financiero y, con ello, un colapso económico nacional. “Confío en que aún a costa de su popularidad personal tomaría graves decisiones para evitar esa quiebra y asimismo cumplir con la ley que protege los depósitos bancarios”, escribió, en un tono que mezcla defensa propia con un cuestionamiento a la postura de la presidenta.
El exmandatario también instó a Sheinbaum a reflexionar sobre cómo actuaría ella ante una crisis similar, subrayando el dilema de tomar decisiones impopulares pero necesarias para salvaguardar la estabilidad económica. “Pudiera ocuparse en pensar qué haría ella de enfrentar el riesgo de quiebra del sistema bancario y con ello de la economía del país”, señaló Zedillo, en un intento de desviar el foco hacia la responsabilidad gubernamental en contextos de crisis.
El contexto del Fobaproa y su peso político
El Fobaproa, creado en 1990 pero utilizado masivamente durante la crisis de 1994-1995, fue un mecanismo para rescatar bancos en quiebra mediante la absorción de sus deudas incobrables. Aunque evitó el colapso del sistema financiero, su implementación generó una deuda pública de cientos de miles de millones de pesos, transferida al Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB). Para críticos como Sheinbaum y el movimiento de Morena, el Fobaproa simboliza un rescate que privilegió a banqueros y empresarios cercanos al poder, dejando a los contribuyentes mexicanos con una carga financiera que aún se paga.
La controversia no es nueva, pero su reactivación en 2025, a pocos meses del inicio del gobierno de Sheinbaum, tiene claras implicaciones políticas. Analistas sugieren que la presidenta busca consolidar su narrativa de combate a la corrupción y al “neoliberalismo”, utilizando el Fobaproa como un caso emblemático para contrastar con las políticas de la 4T. Por su parte, Zedillo, quien ha mantenido un perfil bajo desde su salida del poder y actualmente reside en el extranjero, parece decidido a defender su legado frente a lo que considera ataques injustificados.
Reacciones y lo que viene
En redes sociales, particularmente en X, el tema ha generado un intenso debate. Usuarios afines a Morena respaldan a Sheinbaum, exigiendo “transparencia” sobre el Fobaproa, mientras que otros defenden a Zedillo, argumentando que sus decisiones fueron cruciales para estabilizar la economía en un momento crítico. Publicaciones en X también destacan la inusual participación de Zedillo en la discusión pública, con algunos calificándola como un “error” que lo expone a más críticas.
El próximo movimiento de Sheinbaum será clave. La presidenta ha prometido revelar información sobre supuestos actos de corrupción ligados al Fobaproa, lo que podría intensificar el enfrentamiento. Sin embargo, cualquier acusación deberá sustentarse con pruebas sólidas para evitar caer en lo que Zedillo denuncia como “falsedades y calumnias”. Mientras tanto, el choque entre ambos líderes reaviva una herida histórica en la política mexicana, recordando que los fantasmas del pasado siguen moldeando el presente.
Deja una respuesta