El presidente de Ucrania, Volodímir Zelensky, ha decidido respaldar el plan de paz de 28 puntos propuesto por Donald Trump, en una jugada diplomática de alto riesgo que ahora incorpora también a líderes europeos.
En un mensaje reciente, Zelensky informó que sostuvo una llamada con António Costa, presidente del Consejo Europeo, y con Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. Les presentó los detalles de la propuesta estadounidense para poner fin a la guerra, y destacó los esfuerzos simultáneos con aliados de Europa y Estados Unidos para alinear un esquema de paz conjunto.
“Estamos trabajando en concierto para asegurar que esto se convierta en un plan común y plenamente alineado”, dijo Zelensky, reforzando que las reuniones y llamadas continuas entre sus equipos, los de EE. UU. y la Unión Europea ya están programadas para los próximos días.
El plan, según fuentes filtradas, obliga a Ucrania a reducir su ejército, renunciar a la adhesión a la OTAN y aceptar el estatus territorial vigente en ciertas áreas controvertidas como Jersón, Zaporiyia, Crimea y partes del Donbás. A cambio, se ofrecen garantías de seguridad limitadas y un mecanismo de reconstrucción financiado con activos rusos congelados por Washington.
Zelensky ha subrayado que, aunque abierto al diálogo, cualquier acuerdo debe respetar la soberanía y dignidad nacional de Ucrania. Ha dejado claro que no firmará sin consensuar el texto con sus aliados europeos para evitar concesiones unilaterales.
Desde Moscú, el presidente Vladímir Putin reaccionó con cautela: pidió un análisis profundo del documento, pero advirtió que Rusia no renunciará a sus objetivos si la diplomacia no cumple con sus intereses estratégicos.
En paralelo, se fortalece la expectativa de una cumbre entre Trump y Putin en Budapest, un encuentro que podría ser decisivo si Zelensky da luz verde al plan. Los analistas coinciden en que esta reunión pondrá sobre la mesa no solo la propuesta de paz, sino también la distribución del poder regional posterior al conflicto.
Por su parte, los líderes europeos ya han comenzado a responder. Francia, Alemania y Reino Unido han sido mencionados como interlocutores críticos en el proceso de consulta con Kiev para revisar el plan y evaluar su impacto en la seguridad a largo plazo de Ucrania.
Esta estrategia diplomática refleja la doble apuesta de Zelensky: aprovechar la iniciativa de Trump como oportunidad para poner fin al conflicto, pero sin ceder su autonomía ni permitir que Estados Unidos o Rusia dominen completamente el diseño de la paz.















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