Un nacimiento histórico: la tortuga más pequeña del mundo se reproduce en Jalisco bajo cuidado humano

El Zoológico Guadalajara marcó un precedente en la conservación de especies al lograr por primera vez la reproducción en cautiverio de la tortuga casquito de Vallarta (Kinosternon vogti), considerada la tortuga más pequeña del mundo. Este ejemplar, endémico de los humedales del río Ameca en la región de Puerto Vallarta, enfrenta un serio riesgo de desaparecer, pues apenas se estima una población de 500 individuos en libertad.

El nacimiento ocurrió el pasado 30 de junio, cuando de una incubadora especializada emergió una diminuta cría de tan solo 2.8 gramos y cerca de 2 centímetros de longitud, tamaño que equivale al ancho del pulgar de un adulto. El equipo de biólogos la ha apodado cariñosamente “migaja”. En el mismo proceso aún permanecen seis huevos más en espera de eclosionar, lo que podría representar un avance mayor en la recuperación de la especie.

El biólogo Ricardo Dávalos, jefe del herpetario del zoológico, explicó que este logro fue posible gracias a las condiciones controladas que replican el hábitat natural de la tortuga. Los ejemplares que dieron origen a la cría forman parte de un grupo de 37 individuos decomisados en 2023 por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para frenar el tráfico ilegal.

La Kinosternon vogti se distingue por el pequeño tamaño de los adultos —que apenas alcanzan los 10 centímetros— y por la mancha amarilla en la nariz de los machos. Sin embargo, su rareza ha despertado el interés del tráfico de fauna, con reportes de ejemplares vendidos ilegalmente en países asiáticos como Japón, China y Corea. A esta amenaza se suma la pérdida acelerada de su hábitat natural, debido a la expansión urbana en Puerto Vallarta y sus alrededores.

El equipo de especialistas advierte que, aunque el nacimiento es un hito para la investigación y conservación, el reto será asegurar que las nueve hembras fértiles logren puestas exitosas, pues el índice de fecundidad es bajo: cada una puede desovar hasta cuatro huevos, pero no todos prosperan.

A largo plazo, los biólogos esperan que, si se garantiza un entorno seguro en Puerto Vallarta, algunos ejemplares puedan ser liberados en su hábitat natural. Este paso sería crucial para reforzar las poblaciones silvestres y asegurar la supervivencia de una especie que, a pesar de su diminuto tamaño, representa un tesoro biológico para México.

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