Por Juan Pablo Ojeda
En un nuevo giro de su agenda proteccionista, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este martes un arancel del 50 % al cobre importado y advirtió que impondrá un gravamen de hasta el 200 % a productos farmacéuticos si las compañías extranjeras no trasladan su producción al territorio estadounidense.
Durante su sexta reunión de Gabinete desde el inicio de su segundo mandato, Trump declaró que las industrias que deslocalizan su producción ya no tendrán cabida sin consecuencias económicas en su administración. El presidente no precisó los detalles operativos del nuevo arancel al cobre, pero dejó claro que sigue la misma línea de los impuestos ya aplicados al acero y aluminio.
“Les daremos aproximadamente un año, un año y medio para venir. Después, se les aplicarán aranceles muy altos, de aproximadamente el 200 por ciento”, sentenció Trump, al referirse a las empresas farmacéuticas que fabrican medicamentos fuera de EE.UU.
Nueva ofensiva económica
El anuncio coincide con la fecha límite impuesta por la administración republicana para sustituir los llamados “aranceles recíprocos” establecidos desde su primera presidencia. Aunque EE.UU. logró nuevos acuerdos comerciales con China, Reino Unido y Vietnam, el resto de las negociaciones con sus socios internacionales sigue estancado, lo que ha obligado a extender una tregua arancelaria hasta el 1 de agosto.
Trump responsabilizó directamente a gobiernos anteriores por permitir la fuga de la industria farmacéutica y manufacturera del país.
“Todos se fueron. Se fueron a otros lugares porque la gente en esta sala permitió que sucediera. Y yo no lo permito”, afirmó con tono desafiante ante su Gabinete.
Implicaciones globales
La medida podría tensar aún más las relaciones comerciales entre Washington y varias economías aliadas, especialmente aquellas que dependen de la exportación de materias primas como el cobre o productos farmacéuticos terminados. También abre un frente de incertidumbre para empresas multinacionales que enfrentan la disyuntiva de relocalizar operaciones o asumir costos arancelarios prohibitivos.
Analistas económicos advierten que, de concretarse el arancel del 200 %, el impacto podría extenderse a los precios internos de los medicamentos y afectar las cadenas de suministro globales, aún en recuperación tras las disrupciones de la pandemia y los conflictos geopolíticos recientes.
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