Por Juan Pablo Ojeda
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este viernes la ruptura inmediata de las negociaciones comerciales con Canadá, luego de que el gobierno canadiense confirmara la imposición de un impuesto digital del 3 % a empresas tecnológicas estadounidenses, como parte de su política fiscal vigente desde 2022.
A través de su red social, Truth Social, Trump calificó esta medida como un “ataque directo y flagrante” a Estados Unidos y acusó a Canadá de ser un socio comercial “difícil”, que históricamente ha impuesto aranceles excesivos —de hasta 400 %— a productos agrícolas como los lácteos estadounidenses.
“Canadá acaba de anunciar que gravará los servicios digitales a nuestras empresas tecnológicas. Con esto, damos por terminadas TODAS las discusiones comerciales con Canadá con efecto inmediato”, afirmó el mandatario.
Se avecinan represalias arancelarias
Trump advirtió que en los próximos siete días su administración comunicará los nuevos aranceles que Canadá deberá pagar por hacer negocios con EE.UU., en lo que denominó una respuesta “recíproca”. El gobierno estadounidense considera que Ottawa está imitando las políticas fiscales de la Unión Europea, que han tensionado previamente las relaciones transatlánticas.
Canadá defiende su impuesto digital
El ministro de Finanzas de Canadá, François-Philippe Champagne, sostuvo recientemente que el impuesto digital —que se aplicará retroactivamente desde 2022— es una medida legítima. Afectará a compañías que generen más de 20 millones de dólares en ingresos digitales en suelo canadiense, como Meta, Google o Amazon.
Champagne aclaró que el primer pago del gravamen está programado para el próximo 30 de junio y reiteró que este impuesto ya formaba parte de las mesas de negociación comercial entre ambos países.
Implicaciones globales y la postura del G7
Por su parte, el secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, señaló que Washington ha alcanzado un principio de acuerdo con el G7 para que las multinacionales estadounidenses no estén sujetas al impuesto mínimo global del 15 % en los países donde operan, conforme a lo establecido por la OCDE.
“Los impuestos del Pilar 2 de la OCDE no se aplicarán a las empresas estadounidenses, y colaboraremos en su implementación dentro del marco OCDE-G20”, declaró Bessent.
Con esta ruptura, las tensiones comerciales entre ambos países escalan a un nuevo nivel, y dejan en suspenso los acuerdos pendientes que debían cerrarse antes del 9 de julio. Aunque Trump ya había advertido que podría modificar ese plazo, el rompimiento súbito marca un punto crítico en las relaciones bilaterales.
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