Por Juan Pablo Ojeda
El juicio por la muerte de Diego Armando Maradona fue suspendido por una semana este martes, luego de que la Fiscalía y la mayoría de las partes involucradas solicitaran investigar la presunta parcialidad de una de las integrantes del tribunal, la jueza Julieta Makintach.
La decisión fue adoptada de forma unánime por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°3 de San Isidro, en las afueras de Buenos Aires, donde se desarrolla el proceso. La suspensión se limita a una sola jornada, dado que las audiencias del juicio —que comenzó en marzo— se celebran únicamente los martes y jueves.
Makintach fue señalada por permitir el ingreso de dos documentalistas al tribunal sin autorización formal. La fiscalía, las cinco querellas y cuatro de las siete defensas coincidieron en que la situación amerita una pausa para determinar si existen motivos para recusar a la jueza.
“El tribunal resuelve por unanimidad que el debate va a continuar el martes que viene, entendemos que es un plazo razonable”, declaró el juez presidente Maximiliano Savarino. Además, solicitó que todos los imputados estén presentes en la próxima audiencia.
Makintach defendió su actuación y adelantó que brindará explicaciones. “En caso de que haya algo que esté en peligro, quizás sea yo la que me aparte”, señaló.
La suspensión fue solicitada formalmente por el fiscal Patricio Ferrari, quien reclamó un plazo de 10 días para investigar lo ocurrido. Durante su intervención, denunció “violencia y corrupción institucional” y sostuvo que “esta situación compromete el prestigio del Poder Judicial”.
Uno de los abogados de las hijas de Maradona, Fernando Burlando, calificó lo sucedido como una “desprolijidad” sin precedentes en su carrera. “La suspensión es una medida prudente”, dijo, y advirtió que si no se resuelve adecuadamente la recusación, el juicio podría retrotraerse.
No todas las defensas coincidieron con la suspensión. Se opusieron los abogados de Nancy Forlini (doctora y coordinadora de Swiss Medical), Ricardo Almirón (enfermero) y Mariano Perroni (jefe de enfermeros).
En este proceso se juzga a siete profesionales de la salud por su presunta responsabilidad en la muerte del ídolo argentino, ocurrida el 25 de noviembre de 2020. Están acusados de homicidio simple con dolo eventual, delito que conlleva una pena máxima de 25 años de prisión.
Además de Forlini, Almirón y Perroni, enfrentan cargos el psicólogo Carlos Díaz, la psiquiatra Agustina Cosachov, y el médico personal de Maradona, el neurocirujano Leopoldo Luque. La enfermera Gisela Madrid, por su parte, será juzgada en un proceso por jurados, a petición propia.
La suspensión marca un nuevo giro en un juicio que ha captado la atención mediática y social, no solo por la figura emblemática de Maradona, sino también por las serias acusaciones contra los profesionales encargados de su cuidado en sus últimos días.














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