Por Juan Pablo Ojeda
Durante su conferencia matutina de este lunes, la presidenta Claudia Sheinbaum enfrentó uno de los temas más espinosos de la semana: el artículo publicado por The New York Times que sugiere vínculos entre el crimen organizado y altos perfiles políticos mexicanos, entre ellos Adán Augusto López, exsecretario de Gobernación.
El reportaje, que también menciona al exjefe de Seguridad Pública de Tabasco, Hernán Bermúdez Requena, apunta a una supuesta red de protección y posibles repercusiones diplomáticas entre México y Estados Unidos. Pero Sheinbaum fue tajante: “No vamos a cubrir a nadie, pero tiene que haber investigaciones, porque no es un asunto subjetivo”, recalcó.
En un tono firme, la mandataria insistió en que cualquier señalamiento debe basarse en pruebas y no en rumores ni interpretaciones mediáticas. Aseguró que su gobierno no protegerá a nadie, sin importar su cargo actual o pasado, pero dejó claro que eso no significa ceder ante presiones externas o titulares internacionales.
Y sobre el supuesto conflicto con Washington, fue igual de clara: “Hay quienes buscan argumentos que no son reales para decir que hay una tensión especial… no, no la hay”. Con esto, Sheinbaum descartó que el reportaje provoque una crisis diplomática o marque un cambio en la relación bilateral con Estados Unidos.
El nombre de Hernán Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad en Tabasco, aparece cada vez con más frecuencia en medios y carpetas judiciales. Actualmente es buscado por autoridades mexicanas e internacionales por presuntos vínculos con grupos criminales como La Barredora y el Cártel Jalisco Nueva Generación. Sobre él pesan señalamientos por delitos graves como secuestro y asociación delictuosa.
A pesar de que Adán Augusto y Bermúdez fueron cercanos durante su tiempo en el gobierno de Tabasco, la presidenta subrayó que no existe investigación alguna contra Adán Augusto López Hernández. Frente a la especulación, Sheinbaum volvió a hacer énfasis en que su administración no actúa por linchamiento mediático ni por rumores: solo los hechos importan.
En suma, el mensaje fue claro: ni protección, ni cortinas de humo, pero tampoco cacería sin pruebas.
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