Por Juan Pablo Ojeda
En medio del intenso debate político que han generado las recientes reformas en materia de seguridad pública, inteligencia y telecomunicaciones, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo salió al frente para negar rotundamente que su Gobierno busque espiar a los ciudadanos.
Durante su conferencia matutina en Palacio Nacional, Sheinbaum fue directa: “Es falso, es mentira, que las leyes aprobadas tengan que ver con que el Estado va a espiar. Se miente deliberadamente”, dijo en respuesta a las crecientes críticas de la oposición, que ha calificado las nuevas leyes como un avance hacia un Estado policiaco.
Sheinbaum subrayó que no hay ni una sola disposición legal en las nuevas normativas que autorice o permita el espionaje a ciudadanos. “Nosotros no vamos a espiar a nadie, como nos espiaron a nosotros”, dijo, en referencia a los años en que varios de los actuales funcionarios de la 4T fueron objeto de vigilancia por parte de gobiernos anteriores.
El eje del debate está en dos leyes clave que han sido aprobadas recientemente por el Congreso:
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La Ley en Materia de Telecomunicaciones y Radiodifusión, que obliga a concesionarios a colaborar con autoridades en la geolocalización de dispositivos móviles en tiempo real y el registro de líneas telefónicas vinculado a la CURP con datos biométricos.
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La Ley del Sistema Nacional de Investigación e Inteligencia en Materia de Seguridad Pública, que busca mejorar la coordinación entre instituciones federales, estatales y municipales en el combate a la delincuencia.
Según la presidenta, estas leyes no significan vigilancia masiva, sino una herramienta legal y regulada para enfrentar delitos de alto impacto, como secuestros, extorsiones y crimen organizado. Recalcó que toda intervención telefónica debe contar con la autorización de un juez, tal como lo establece la Constitución.
A pesar de esto, voces de la oposición —especialmente del PAN, PRI y MC— han advertido que estas reformas podrían ser el “último clavo en el ataúd de la privacidad” en México. Han acusado al Gobierno federal de querer instaurar un sistema de control ciudadano bajo el pretexto de seguridad, alertando sobre el riesgo de abuso en el uso de datos biométricos y herramientas de geolocalización.
Para Sheinbaum, esas críticas responden más a una estrategia política que a un análisis jurídico real. “Lo que queremos es construir un país seguro, en paz. No estamos censurando, no estamos espiando, estamos protegiendo”, afirmó.
La polémica continúa, pero el mensaje presidencial es claro: no habrá espionaje desde el Estado, y el enfoque de las nuevas leyes —según Sheinbaum— es fortalecer la seguridad sin violar derechos.
Ahora queda en manos de la sociedad civil, expertos en derechos digitales y organismos autónomos vigilar que esa promesa se cumpla, porque, en política, lo que se aprueba en el papel, debe también cuidarse en la práctica.
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