Sheinbaum marca distancia de Morena y rechaza vínculos con crimen organizado

Por Juan Pablo Ojeda

 

En medio de una coyuntura marcada por cuestionamientos internos y externos, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo aprovechó su espacio matutino —denominado “La Mañanera del Pueblo”— para fijar postura sobre los recientes lineamientos aprobados por el Consejo Nacional de Morena, donde 364 consejeros se reunieron el pasado 4 de mayo de 2025 para reforzar los principios éticos del partido.

Aunque la mandataria no asistió al evento, sí envió una carta formal dirigida a la militancia de Morena, en la cual compartió su visión ideológica sobre el rumbo de la Cuarta Transformación y delineó diez puntos clave para encauzar la conducta partidista en tiempos de procesos electorales y fuertes críticas por supuestos actos de nepotismo e influyentismo.

“No podemos olvidar de dónde venimos, de lo contrario olvidaremos a dónde vamos. No es llegar al poder por llegar, sino buscar el bienestar del pueblo. El poder debe ser humildad”, escribió Sheinbaum.

Durante su conferencia, la presidenta también respondió a los señalamientos sobre presuntos vínculos entre militantes de Morena y el crimen organizado, desmarcando por completo tanto a su administración como al partido de cualquier colusión delictiva.

“No hay nada que pueda vincular a Morena con la delincuencia. Es un elemento sustantivo que debemos tomar en cuenta siempre”, aseguró.

Sheinbaum aprovechó el momento para recalcar la importancia de mantener una estructura ética individualista dentro del partido, alejándose del modelo corporativo del PRI, al que señaló como una de las causas históricas de corrupción en México. También advirtió sobre el riesgo de que Morena se convierta en un “partido de Estado”, rechazando tajantemente esa posibilidad.

“Morena tiene una afiliación individual, no corporativa. Pero es importante aprender de la historia y no caer en los errores que tanto daño hicieron al país”, enfatizó.

En su carta, la presidenta abordó temas como la unidad interna, el combate al clasismo, machismo, racismo y discriminación, así como el fortalecimiento de los liderazgos al servicio del pueblo. También reiteró su rechazo al nepotismo y al uso faccioso del poder, insistiendo en que la transformación debe continuar guiada por principios de honestidad, humildad y sencillez.

Finalmente, dejó clara su separación institucional de Morena, al afirmar que los asuntos partidistas competen al Consejo Nacional y a la dirigencia, no al Ejecutivo federal.

“Lo que ocurre en Morena es cuestión del consejo y de la dirigencia, no es de la presidencia. No me corresponde opinar.”

Esta declaración busca equilibrar su papel como jefa de Estado con su histórico liderazgo dentro del movimiento fundado por Andrés Manuel López Obrador, en un momento clave para el futuro del partido y la consolidación de su proyecto político.

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