Sheinbaum le pone un alto a la DEA: “Hay lo que hay”

Por Juan Pablo Ojeda

 

La presidenta Claudia Sheinbaum fue clara, directa y sin rodeos: México no tiene, ni tendrá, una colaboración “sin precedentes” con la DEA, como lo presume el gobierno de Estados Unidos. Desde Palacio Nacional, y ante la insistencia de algunos medios sobre el tema, la mandataria dejó un mensaje contundente: “ya no voy a entrar en debate con la DEA”.

La frase puede sonar sencilla, pero tiene mucho fondo. En las últimas semanas, el director de la DEA, Terry Cole, ha hecho declaraciones en medios como Fox News asegurando que México está más dispuesto que nunca a cooperar con Estados Unidos para combatir el narcotráfico. Incluso habló de operaciones conjuntas como el llamado “Proyecto Portero”, que —según su versión— busca desmantelar redes de tráfico de drogas sintéticas que cruzan a territorio estadounidense.

Pero para el gobierno mexicano esas operaciones no existen, al menos no como las está vendiendo Washington. Lo que sí existe, explicó Sheinbaum, es lo que dicta la Ley de Seguridad Nacional: si un agente extranjero quiere operar en México, necesita permiso de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), y debe apegarse a la ley mexicana. Punto.

Y eso de que hay cooperación “sin precedentes”… pues “hay lo que hay”, dijo Sheinbaum. Ni más ni menos.

¿Por qué es importante esto? Porque, en el fondo, se trata de la soberanía del país y de cómo se maneja la política exterior en temas de seguridad. Estados Unidos lleva años presionando para tener más injerencia en territorio mexicano, bajo el argumento de que aquí se produce lo que allá mata: fentanilo, metanfetaminas, heroína, etc. Pero el gobierno mexicano insiste en que la lucha contra el crimen se hace con estrategia propia, sin necesidad de aceptar imposiciones extranjeras.

La tensión escaló aún más cuando al director de la DEA se le preguntó si apoyaría un plan del expresidente Donald Trump para bombardear a cárteles mexicanos. Su respuesta fue inquietante: “Apoyaremos la decisión que tome Trump. Cumpliremos nuestra misión”. Una frase que, para muchos, suena más a advertencia que a diplomacia.

Por eso la respuesta de Sheinbaum es relevante: está marcando límites desde el inicio de su gobierno. No es que México esté negando la cooperación internacional, pero sí está diciendo con claridad cómo y bajo qué condiciones se da. No es nueva esta tensión con la DEA, pero es la primera vez que una presidenta lo dice de forma tan frontal y con un “ya basta” tan directo.

En medio de un contexto electoral en EE.UU., donde los discursos contra México se usan como arma política, esta postura busca evitar que nuestro país se vuelva moneda de cambio o blanco fácil. Aquí no se trata de negar el problema del narcotráfico, sino de evitar una narrativa que criminaliza a México y justifica intervenciones disfrazadas de ayuda.

Así que, con una frase seca pero firme, Sheinbaum mandó un mensaje a Washington:
no hay operación conjunta si no hay respeto a la ley mexicana. Y no habrá más discusiones públicas con la DEA.

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