Por Juan Pablo Ojeda
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, salió al paso de las críticas por el reciente nombramiento de Hugo López-Gatell como representante de México ante la Organización Mundial de la Salud (OMS), y calificó como exageradas las reacciones negativas al respecto.
“Vean el escándalo que armaron con Hugo. De veras que es increíble”, expresó Sheinbaum durante su conferencia matutina desde Palacio Nacional. Con tono firme, defendió la trayectoria académica del exsubsecretario de Salud, recordando que cuenta con un doctorado en Salud Pública por la Universidad Johns Hopkins, una de las instituciones médicas más prestigiosas del mundo.
El anuncio oficial sobre el nuevo encargo internacional de López-Gatell se hizo en días recientes, y desde entonces generó división de opiniones. Para algunos, su desempeño durante la emergencia sanitaria por COVID-19, donde se convirtió en el rostro visible de la estrategia nacional, lo descalifica para representar al país en un organismo de salud mundial. Para otros, como la exdirectora del Conacyt, María Elena Álvarez-Buylla, se trata de un reconocimiento merecido:
“Gran noticia para las políticas de salud pública nacionales y mundiales”, escribió en redes sociales, elogiando el papel que, según ella, “ayudó a salvar tantas vidas”.
El contexto es clave. Durante la pandemia, López-Gatell fue fuertemente criticado por organizaciones nacionales e internacionales, y señalado por su falta de autocrítica y por minimizar algunos aspectos del riesgo sanitario. Reportes independientes estiman que la cifra de muertes por COVID-19 en México superó las 800 mil personas, aunque las cifras oficiales fueron menores.
Además, tras el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, Gatell intentó competir por la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, pero no logró ganar la encuesta interna de Morena. Tampoco fue incluido en el gabinete inicial de Sheinbaum, por lo que su designación ante la OMS fue inesperada para muchos.
La presidenta aclaró que el nombramiento no requiere ratificación del Senado, aunque aún no hay fecha oficial de inicio para su labor en la sede de la OMS en Ginebra, Suiza. A pesar de las críticas, Sheinbaum ratificó su respaldo al exfuncionario, dejando claro que no cederá ante la presión mediática o política por esta decisión.
Así, mientras los detractores insisten en que López-Gatell representa una etapa oscura de la gestión sanitaria, el gobierno actual lo promueve como una figura con experiencia y preparación para representar a México ante organismos internacionales de salud. El debate, como todo en la política mexicana, está lejos de cerrarse.
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