Por Juan Pablo Ojeda
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, lanzó una serie de cuestionamientos directos al Gobierno de Estados Unidos por su manejo judicial del caso de Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín «El Chapo» Guzmán, quien recientemente aceptó declararse culpable de cargos por narcotráfico ante un tribunal federal en Chicago.
Durante su conferencia matutina desde Palacio Nacional, Sheinbaum recordó que fue el Estado mexicano quien realizó la captura de Guzmán López en enero de 2023, un operativo de alto riesgo en el que perdieron la vida elementos de las Fuerzas Armadas. Además, remarcó que México cumplió con la extradición del presunto líder de la facción de “Los Chapitos” del Cártel de Sinaloa en septiembre del mismo año.
“¿Cómo nombró el Gobierno de Estados Unidos a las organizaciones de la delincuencia organizada en México? ¿Qué ha dicho sobre calificarlas como terroristas? ¿Y qué está haciendo al respecto?”, preguntó Sheinbaum en tono crítico, al señalar la falta de claridad sobre el trato que recibe el crimen organizado mexicano en los tribunales estadounidenses.
La mandataria también lamentó que el gobierno de Joe Biden no haya mantenido una coordinación adecuada con la Fiscalía General de la República (FGR) durante el proceso judicial, pese a que fue México quien ejecutó la captura y entrega del capo.
“No se trata de defender a nadie, eso que quede claro”, dijo Sheinbaum. “Pero por lo menos debería haber una comunicación institucional con la FGR, dado que este es un caso de extradición que costó vidas a nuestras fuerzas armadas”.
El acuerdo judicial de Ovidio Guzmán fue revelado por el periodista Keegan Hamilton, quien difundió el documento firmado por el hijo del Chapo el pasado 30 de junio. En él, Guzmán autoriza que su caso se resuelva en el Distrito Norte de Illinois, dejando sin efecto un caso previo abierto en Nueva York.
Guzmán López enfrenta cargos graves por conspiración para distribuir drogas, exportación de narcóticos a EE.UU., pertenencia a una organización criminal, transacciones financieras ilegales y portación ilícita de armas de fuego. Aunque inicialmente se declaró inocente, ahora ha optado por aceptar su culpabilidad, lo cual podría conducir a una sentencia negociada.
Estados Unidos lo considera uno de los principales responsables del tráfico de fentanilo hacia su territorio, por lo cual su caso ha cobrado alta relevancia política y judicial. Por su parte, las autoridades mexicanas insisten en que la cooperación binacional en estos casos debe ser más transparente y con mayor intercambio de información.
Aún se espera que su hermano, Joaquín Guzmán López, negocie un acuerdo similar con la justicia estadounidense, también en un tribunal de Chicago.
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