Sheinbaum coordina sedes rumbo al Mundial 2026

Por Juan Pablo Ojeda

 

Con el reloj en marcha para la Copa Mundial de la FIFA 2026, México comienza a calentar motores no solo en las canchas, sino también desde el gobierno federal. La presidenta Claudia Sheinbaum encabezó una reunión clave con los gobernadores de las tres entidades que serán sede del torneo: Samuel García de Nuevo León, Pablo Lemus de Jalisco y Clara Brugada, jefa de Gobierno de la Ciudad de México.

A un año del pitazo inicial, la mandataria nacional ha asumido un papel protagónico para encaminar a México hacia un evento que no solo será una fiesta deportiva, sino también una oportunidad histórica para impulsar al país a nivel global. La Ciudad de México será el escenario del partido inaugural, en el Estadio Azteca, y junto con Monterrey y Guadalajara, México se convertirá por tercera vez en anfitrión de una Copa del Mundo, un récord que ningún otro país ostenta.

Sheinbaum compartió en redes sociales el entusiasmo que permeó en la reunión celebrada este jueves 26 de junio. Ahí se acordaron los primeros pasos logísticos y de coordinación intergubernamental para que las tres ciudades lleguen listas a la cita más esperada del fútbol mundial. “Será una gran fiesta deportiva”, publicó en su cuenta oficial, reafirmando el compromiso de su administración para estar a la altura del reto.

Y si algo ha quedado claro, es que este Mundial no se quedará solo en lo simbólico. Desde ya, las ciudades sede comenzaron con las adecuaciones necesarias. En Monterrey, el Estadio BBVA, casa de los Rayados, dio el banderazo oficial a sus remodelaciones el pasado 20 de mayo. Las obras incluyen la modernización del césped, adecuaciones en palcos, zona de prensa y otras mejoras exigidas por la FIFA. Se tiene previsto que todo quede listo antes de julio de 2025.

Por su parte, en la capital del país, ya se instaló el reloj oficial de cuenta regresiva frente al Estadio Azteca, un gesto simbólico que marca la recta final hacia un torneo que, además de proyectar a México ante el mundo, generará derrama económica, empleos temporales y una inyección al turismo nacional sin precedentes.

Durante una conferencia matutina, la presidenta subrayó que este será un evento distinto, tanto por su magnitud como por el nivel de coordinación que exige entre México, Estados Unidos y Canadá, países que comparten la organización. “Es el evento de excelencia, con cientos de millones de espectadores. La coordinación internacional será clave, pero también lo será nuestra capacidad para mostrar lo mejor de México al mundo”, dijo Sheinbaum.

El país entra así en la cuenta regresiva con la promesa de un Mundial vibrante, que dejará huella en infraestructura, imagen internacional y orgullo nacional. Y con el liderazgo de Sheinbaum al frente, el balón ya empezó a rodar… fuera de la cancha.

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