La división alemana de Greenpeace encendió nuevamente las alarmas al acusar a Shein de incumplir la normativa europea sobre sustancias químicas en diversas prendas, incluidas algunas diseñadas para niños. En un informe publicado este jueves, la ONG señaló que la multinacional asiática, líder mundial en ventas de moda por internet, mantiene prácticas que ponen en riesgo la salud de consumidores, trabajadores y ecosistemas.
Según Greenpeace, Shein continúa expandiéndose a gran velocidad gracias a su estrategia de “marketing agresivo” y mecanismos de aplicación considerados manipuladores, combinados con una presencia masiva en TikTok e Instagram que apunta principalmente a un público joven. La plataforma registra 363 millones de visitas mensuales, un alcance que, a juicio de la organización ambiental, da a la empresa una responsabilidad aún mayor en garantizar productos seguros.
La preocupación no es nueva. En 2022, Greenpeace envió 47 prendas de Shein a un laboratorio especializado y encontró sustancias químicas peligrosas por encima de los límites legales en siete de ellas. Aunque la empresa aseguró entonces que implementaría mejoras en la gestión de químicos, la ONG sostiene que los resultados actuales muestran que los compromisos no se han cumplido.
Este año, Greenpeace adquirió 56 prendas en ocho países distintos y las sometió a análisis independientes. “El resultado es alarmante”, concluyó la organización: 18 de las piezas —un 32% del total— superaron los límites europeos permitidos. Entre ellas se encontraron artículos para niños, lo que incrementa la gravedad del hallazgo debido a la vulnerabilidad de este grupo.
Las chaquetas destacaron entre los productos más contaminados. Siete de ellas contenían niveles de sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) que excedían hasta 3,300 veces el valor legal. Estos compuestos, conocidos como “químicos eternos”, pueden aumentar el riesgo de cáncer, afectar el sistema inmunitario y dañar órganos como los riñones y el hígado. Además, 14 prendas superaron los límites para ftalatos, sustancias asociadas a problemas de fertilidad y alteraciones en el desarrollo infantil; seis de estas multiplicaban los valores permitidos por cien o más.
Para Greenpeace, las promesas de Shein representan un simple “lavado verde”. Moritz Jäger-Roschko, experto en economía circular de la organización, acusó a la compañía de aprovechar un vacío legal europeo que permite regulaciones más laxas cuando los productos se envían directamente al consumidor final, como es el caso de la plataforma.
El informe también advierte que el problema va más allá del riesgo para los compradores. Las sustancias tóxicas encontradas afectan a las personas que fabrican las prendas y terminan liberándose al medioambiente, contaminando suelos y cuerpos de agua. Ante ello, Greenpeace insiste en la necesidad de fortalecer las regulaciones y exigir mayor transparencia a empresas que operan bajo modelos de producción masiva y rápida.
















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