Por Juan Pablo Ojeda
En medio de un panorama incierto marcado por el endurecimiento de las políticas migratorias en Estados Unidos bajo la presidencia de Donald Trump, México recibió 14 mil 269 millones de dólares en remesas durante el primer trimestre de 2025, lo que representa un aumento interanual del 1.3 por ciento, informó el Banco de México (Banxico).
Aunque la cifra es ligeramente superior a los 14 mil 83 millones registrados en el mismo periodo de 2024 —cuando también se alcanzó un récord histórico—, los analistas destacan que el crecimiento es mínimo y que persisten signos de volatilidad en los flujos de estos recursos que son esenciales para millones de hogares mexicanos.
“Las remesas mostraron un rebote, después de cuatro meses consecutivos a la baja. De cualquier manera, siguen mostrando un bajísimo crecimiento anual”, señaló Gabriela Siller, directora de análisis económico del Banco Base.
Marzo, mes de recuperación parcial
El mes de marzo aportó 5 mil 150 millones de dólares en remesas, un repunte del 2.7 % respecto al mismo mes del año anterior. Sin embargo, el número de operaciones cayó un 2.4 % interanual, y el monto promedio por envío bajó un 0.3 %, situándose en 383 dólares.
Este rebote se produjo luego de una contracción en febrero, primer mes completo del nuevo mandato de Trump, lo que encendió las alertas debido a su agenda migratoria restrictiva y las declaraciones sobre un posible impuesto del 10 % a los envíos de dinero al extranjero.
Estabilidad relativa, pero con señales de alerta
A pesar del crecimiento marginal, México suma once años consecutivos de aumento anual en remesas, tras cerrar 2024 con un récord de 64 mil 745 millones de dólares. No obstante, los datos del último año muestran un patrón irregular: una caída de casi 5 % en diciembre, seguida de un repunte en enero (1.9 %) y una nueva baja en febrero.
De acuerdo con BBVA Research, esta volatilidad se mantendrá a lo largo de 2025, alternando meses de crecimiento con otros de retroceso. La institución financiera descarta un impacto significativo de las medidas migratorias estadounidenses en el corto plazo, señalando que “no hay evidencia clara” de que estas afecten directamente los flujos de remesas, al menos entre los principales países receptores de América Latina.
Factores estructurales y riesgo de deportaciones
La preocupación del gobierno mexicano persiste por el posible aumento de deportaciones masivas. Actualmente, los mexicanos representan casi la mitad de los 11 millones de indocumentados en Estados Unidos. Las remesas equivalen a cerca del 4 % del PIB nacional y México es el segundo mayor receptor mundial, solo después de India.
Además, la remesa promedio por envío individual disminuyó 0.4 % interanual en el primer trimestre, pese a que las operaciones crecieron 1.7 %, con más de 37 millones de transacciones, en su mayoría vía transferencias electrónicas.
Perspectivas para el resto del año
El comportamiento de las remesas durante 2025 dependerá en buena parte de la evolución política en EE.UU., los niveles de empleo entre migrantes mexicanos y los costos de envío. La estabilidad cambiaria y la política monetaria también serán factores clave en el impacto real que estas transferencias tienen sobre la economía mexicana y los hogares que dependen de ellas.
Por ahora, aunque los ingresos por remesas se mantienen firmes, los analistas advierten que el panorama sigue siendo incierto y vulnerable a los vaivenes políticos y económicos del vecino del norte.














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