Si siempre has querido tener plantas de interior pero terminas con hojas amarillas y macetas abandonadas, no estás solo. La buena noticia es que existen plantas casi indestructibles, perfectas para personas ocupadas, principiantes o simplemente olvidadizas. La clave ya no es “regar mucho”, sino regar mejor.
Aquí te dejamos las grandes aliadas del hogar moderno.
Zamioculca (ZZ plant)
Conocida como la planta de hierro, la Zamioculca es famosa por sobrevivir a casi todo: poca luz, semanas sin agua y ambientes secos. Sus hojas gruesas almacenan agua, así que prefieren la sequía antes que el exceso de riego. Es ideal para oficinas, pasillos y rincones con poca ventana.
Lengua de suegra (Sansevieria)
Esta planta es prácticamente un ícono del “déjala en paz y crecerá”. Tolera muy bien la poca luz y prospera cuando el riego es escaso. Además, sus hojas verticales la hacen perfecta para espacios pequeños. Es una de las mejores opciones si tiendes a regar de más, porque su mayor enemigo es el encharcamiento.
Potos (Potus / Pothos)
El potos es la reina de los departamentos. Crece rápido, puede colgar o trepar, y resiste bien la luz indirecta baja. Aunque agradece riegos regulares, perdona olvidos ocasionales. Cuando empieza a verse triste, suele “revivir” con un simple riego y buena ubicación.
Lirio de la paz (Spathiphyllum)
Aunque parece delicado, el lirio de la paz es sorprendentemente resistente. Lo mejor es que “avisa” cuando necesita agua: sus hojas se inclinan notablemente. Prefiere luz indirecta y un riego moderado, pero soporta bien los descuidos ocasionales.
El truco del “riego por calendario lunar” (que no tiene nada que ver con la luna)
No se trata de mirar el cielo, sino de esperar a que la tierra esté realmente seca antes de volver a regar. Este método imita cómo sobreviven las plantas en la naturaleza: ciclos de sequía y lluvia, no humedad constante.
Un truco fácil:
Introduce un dedo en la tierra. Si los primeros 3–4 cm están secos, es momento de regar. Si aún están húmedos, espera unos días más. Para la mayoría de estas plantas, esto puede significar regar cada 10 a 20 días, dependiendo del clima.
Macetas de autorriego: el aliado de los más olvidadizos
Las macetas de autorriego tienen un pequeño depósito de agua en la parte inferior que la planta usa poco a poco. Son ideales si viajas seguido o simplemente te cuesta recordar cuándo regar.
Estas macetas reducen mucho el riesgo de encharcar la planta y ayudan a mantener una humedad más estable.
La regla de oro para principiantes
Si tienes dudas, es mejor no regar que regar de más. La mayoría de estas plantas mueren más rápido por exceso de agua que por sequía.
Empieza con una o dos plantas resistentes, colócalas en un lugar con luz indirecta y deja que la tierra te diga cuándo es el momento de actuar.
La jungla urbana no debería ser una fuente de estrés, sino de calma.
















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