Obesidad bajo la lupa: Morena busca que se trate como una enfermedad crónica

Por Bruno Cortés

 

En México, tener sobrepeso no es solo un tema de imagen o estilo de vida; es una cuestión de salud pública urgente. Por eso, la diputada Olegaria Carrazco Macías, de Morena, acaba de poner sobre la mesa una iniciativa que busca cambiar la forma en que el país entiende y enfrenta la obesidad: quiere que sea reconocida formalmente como una enfermedad crónica, multifactorial y de alta prioridad en las políticas públicas de salud.

Dicho así suena técnico, pero lo que significa es esto: que el Estado deje de ver la obesidad como algo “personal” o “culpa del paciente” y empiece a tratarla como lo que es —una condición compleja que requiere atención médica, nutricional y psicológica, con acceso real a servicios de salud y sin juzgar ni discriminar a quien la padece.

La propuesta, ya turnada a la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, plantea reformar tres artículos clave de la Ley General de Salud. Y no es cualquier ajuste: con esto, se obligaría al Sistema Nacional de Salud a incluir, de manera clara y obligatoria, la detección, prevención y tratamiento de la obesidad en sus programas, incluyendo campañas públicas, diagnóstico temprano, y coordinación entre dependencias para hacerle frente al problema desde distintos frentes.

Es decir, no basta con decirle a la gente “come mejor” o “haz ejercicio”. Lo que se propone es armar una estrategia integral, desde las clínicas de primer nivel hasta las políticas escolares, pasando por campañas sin estigmas y con evidencia científica. Todo con un objetivo central: que las personas reciban atención digna, oportuna y sin prejuicios.

¿Y por qué es tan urgente esto? Porque las cifras son alarmantes: más del 75% de la población adulta en México tiene exceso de peso, y de ese porcentaje, una gran parte ya vive con obesidad. El panorama en niños y niñas también es preocupante: 37.4% de los menores entre 5 y 11 años ya presentan sobrepeso u obesidad. Esto no es una estadística más; es una bomba de tiempo que amenaza con desbordar los sistemas de salud y traer consecuencias económicas serias en los próximos años.

La diputada Carrazco no niega que ha habido intentos por frenar esta crisis —como el etiquetado frontal o las restricciones de publicidad de comida chatarra—, pero también admite algo que se ve en la calle todos los días: esas medidas no han sido suficientes. Y es que sin educación, sin detección oportuna, y sin un sistema que deje de tratar con indiferencia a las personas con obesidad, no hay política que funcione.

La propuesta también insiste en que la Secretaría de Salud no puede sola. Necesita coordinarse con escuelas, empresas, ONGs y otras dependencias para generar entornos saludables, desde la alimentación hasta el transporte público. Porque si todo a tu alrededor te orilla a hábitos poco sanos, por más voluntad que tengas, estás nadando contra la corriente.

El dato más fuerte lo deja claro: si no se hace nada, para 2030 más de la mitad de los mexicanos vivirá con obesidad. Y eso no solo implica riesgos médicos como diabetes o hipertensión, también acarrea un golpe a la economía y a la calidad de vida de millones.

En resumen, la diputada de Morena lanza un llamado claro al Congreso: ya no basta con paliativos. Es hora de tomar decisiones legislativas firmes para frenar una emergencia de salud que crece en silencio y que, si no se atiende como se debe, seguirá marcando la vida de millones de mexicanos.

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