Por Juan Pablo Ojeda
Lando Norris aprovechó el caos, las banderas rojas y hasta las tapas de alcantarilla sueltas para dejar claro que McLaren llegó a Las Vegas con ganas de meter ruido. En unas segundas prácticas recortadas por problemas en el circuito, el británico marcó un 1:33.602 que no solo encabezó la tabla, sino que puso a temblar a más de uno en el paddock, justo en un fin de semana donde cada vuelta cuenta doble.
El viernes empezó bien para Ferrari con Charles Leclerc dominando los Libres 1 con un tiempo de 1:34.802, un respiro para la escudería tras el amargo paso por Brasil. Pero la fiesta del monegasco duró poco. En los Libres 2 cayó a la tercera plaza, aunque se mantuvo firme como candidato a un fin de semana grande, especialmente en una pista que parece adaptarse a su estilo agresivo y limpio.
La sesión fue un desorden desde que una tapa de alcantarilla suelta detuvo la acción cuando empezaban a caer los tiempos con neumático blando. Se intentó reanudar, pero el problema persistió y los comisarios decidieron terminar antes de lo previsto, dejando a los equipos con más dudas que certezas de cara a la clasificación.
Andrea Kimi Antonelli, con solo 0.029 segundos detrás de Norris, dio un golpe de autoridad para Mercedes tras una pobre sesión matutina. Mientras tanto, George Russell terminó séptimo, sin poder acercarse a los tiempos punteros. Y entre el desorden, pilotos como Nico Hulkenberg, Isack Hadjar, Liam Lawson y Alex Albon aprovecharon para colarse en posiciones que normalmente no ocupan, dejando a Lewis Hamilton en una modesta décima posición.
Max Verstappen, atrapado por las interrupciones, solo pudo ser noveno. El neerlandés fue claro después: la pista está “fría y resbaladiza”, condiciones que complican a Red Bull y que no permiten sacar conclusiones reales. Aun así, sabe que los sábados suelen jugar a su favor.
Óscar Piastri tampoco tuvo su mejor día. Terminó decimocuarto, a casi nueve décimas de Norris, pero sigue confiado en que el McLaren puede mejorar conforme el circuito gane temperatura y agarre. El australiano reconoció que las banderas rojas le arruinaron el programa, pero prometió un paso adelante en la clasificación.
Norris, por su parte, se mostró sorprendido de lo bien que se comportó su MCL39 en un trazado históricamente complicado para McLaren. Desde la primera vuelta sintió que el auto tenía la velocidad para pelear, incluso para soñar con la pole. Con ventaja en puntos sobre Piastri y Verstappen, sabe que cada resultado suma para mantener viva su aspiración al Mundial.
Las Vegas no perdona errores, pero tampoco la falta de adaptación. Con un circuito que todavía necesita ordenarse y equipos que apenas han mostrado parte de su ritmo real, la clasificación pinta para ser una ruleta… muy al estilo de esta ciudad.
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