Por Bruno Cortés
Cuando las cosas se ponen feas, siempre hay quien busca un culpable. Pero esta vez, el diputado Elías Lixa, coordinador del PAN en la Cámara de Diputados, no dejó pasar ni medio segundo antes de poner los puntos sobre las íes: “no culpen al PAN, la crisis con Estados Unidos la provocaron ustedes solitos”. Así, directo y sin rodeos, respondió a quienes han querido ligar a la oposición con las tensiones diplomáticas derivadas de las protestas de migrantes mexicanos en Los Ángeles.
Para Lixa, lo que está ocurriendo con el gobierno de Estados Unidos, que ya lanzó fuertes señalamientos contra la presidenta Claudia Sheinbaum por supuestamente alentar esas manifestaciones, es una bomba que se armó desde Palacio Nacional. “Si se meten en problemas por sus propias declaraciones, buscar culpar a otros es lo más infantil que existe”, soltó ante los medios.
Y no es sólo el tono el que preocupa. Según el diputado panista, la situación está escalando en serio. Trump —sí, otra vez él— ya empezó a jugar rudo con aranceles al acero, al aluminio y hasta amenaza con afectar las remesas. Mientras tanto, del lado mexicano, parece que la prioridad es cuidar la imagen personal de la presidenta más que buscar soluciones de fondo. “Si lo que le preocupa es lo que piensa de su persona el gobierno de Estados Unidos, eso lo tiene que resolver ella”, dijo con dureza.
El legislador también habló de algo que muchos ya ven venir: hay una crisis migratoria real, y cuando la gente empieza a reaccionar con enojo en las calles, es porque las políticas públicas han fracasado. “Llegar a actos violentos es señal de que algo no está funcionando”, apuntó. Para él, el gobierno mexicano ha sido débil en las negociaciones con EE.UU., permitiendo que impongan decisiones de forma unilateral, a pesar de ser supuestamente socios y aliados.
Lixa pidió que esta crisis no se enfrente con grilla ni con discursos nacionalistas de ocasión, sino con diálogo y trabajo serio. “El Canciller ha dejado muchísimo qué desear”, lamentó, y recordó que desde hace tiempo se advirtió que esta relación sería complicada. Celebrar antes de tiempo, dijo, fue como salir a la calle en medio del ojo de un huracán.
Además del tema migratorio, el panista no dejó pasar la agenda legislativa. Dijo que no se puede tomar en serio un periodo extraordinario del 23 al 30 de junio si aún no se define con claridad qué leyes se van a discutir. Criticó que algunos diputados estén más ocupados en seguir el ritmo que marca el Poder Ejecutivo que en hacer su chamba: revisar, cuestionar y mejorar las iniciativas.
Puso como ejemplo la reciente propuesta sobre la Guardia Nacional, que implica más de mil páginas y la modificación de al menos cinco leyes. “¿Cómo quieren dictaminar eso en diez días? Es una locura”, soltó, dejando claro que para el PAN no hay prisa que justifique votar a ciegas.
También recordó que hay temas importantes que siguen pendientes, como la reforma a la Ley Nacional de Seguridad e Inteligencia, donde todavía hay preocupaciones por el uso de datos biométricos y los padrones telefónicos. O la Ley en materia de Desaparición Forzada, donde el PAN ha insistido en que se incluya a las madres buscadoras, no sólo como símbolo, sino como parte del proceso, con recursos y reconocimiento legal. Porque, como dijo, “el Estado mexicano las ha abandonado”.
Y por si fuera poco, está la reforma a la ley de telecomunicaciones, donde lo que más preocupa es la acumulación de poder en pocas manos. Según Lixa, ahí también hay señales de autoritarismo que deben revisarse a fondo.
En resumen, el diputado panista dejó claro que su partido no está en el juego de echar culpas por quedar bien, pero tampoco se va a quedar callado mientras el gobierno actual intenta pasar reformas complejas al vapor, o distrae la atención de las verdaderas crisis del país. Porque cuando se trata del bienestar de los migrantes y de la democracia, no basta con discursos bonitos: se necesita trabajo serio, visión de Estado y, sobre todo, responsabilidad.
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