Morena impulsa nuevo sistema de inteligencia con control

Por Bruno Cortés

 

En el Congreso se está cocinando una ley que, según algunos, huele a vigilancia total… pero según otros, es justo lo que México necesita para ponerse a la altura de los desafíos criminales del siglo XXI. La presidenta de la Comisión de Seguridad Ciudadana, la diputada Jessica Saiden Quiroz de Morena, subió a tribuna para defender con firmeza el dictamen que crea el Sistema Nacional de Investigación e Inteligencia en Materia de Seguridad Pública. Una especie de «cerebro digital» para el Estado mexicano.

Según ella, no se trata de volver a los viejos tiempos del espionaje político, ni de espiar al ciudadano común. La intención es otra: crear una plataforma moderna y tecnológica donde se concentre, organice y analice información clave sobre delitos como secuestros, extorsiones, trata de personas y homicidios. En sus palabras, es una propuesta innovadora, necesaria y pensada para un país que hoy enfrenta cárteles con hackers, no solo con armas.

El argumento central es que este nuevo sistema es el resultado directo de una reforma constitucional publicada en diciembre de 2024, específicamente al artículo 21. Es decir, no es un capricho legislativo, sino una obligación legal que el Congreso está traduciendo en una ley. Y no solo eso: según Saiden, todo está pensado bajo principios de legalidad, proporcionalidad, necesidad y transparencia.

En resumen, quieren un sistema que conecte a todas las instituciones de seguridad —federales, estatales y municipales— para que no trabajen como islas, sino como un solo equipo. Una especie de “Google del crimen”, pero con candados legales.

Eso sí, como era de esperarse, muchos están nerviosos. El fantasma del “Estado espía” está rondando el debate. Saiden lo niega tajantemente: no se van a recabar datos biométricos, no se van a interceptar comunicaciones privadas, y todo lo que implique información sensible estará sujeto a supervisión institucional. Nada de espionaje sin orden judicial, promete.

Para quienes temían el regreso del famoso Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil, la legisladora fue clara: ese no vuelve. El sistema solo contendrá nombre y número del responsable de una línea telefónica, sin más datos personales y sin accesos indiscriminados.

También aclaró que si bien se podrá pedir información a fiscalías, peritos, autoridades financieras o hasta empresas privadas, ninguna de estas instancias podrá entrar directamente al sistema. Todo será bajo convenios y con protocolos específicos.

La idea es que la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana pueda generar inteligencia útil, actualizada, verificable y, sobre todo, legal. Que no se improvise, que no se repita el modelo fallido de espionaje y persecución política que tanto daño hizo en el pasado.

El debate, por supuesto, no fue tranquilo. Desde el PRI, MC y el PAN intentaron frenar la discusión con mociones suspensivas, argumentando que el dictamen había sido modificado de última hora y que se necesitaba más análisis. Pero la mayoría de Morena y sus aliados desechó esas propuestas en votación económica. La ley sigue su curso.

Más allá del discurso técnico, lo que se está jugando aquí es una nueva forma de hacer seguridad pública. Un sistema que combina bases de datos, inteligencia artificial, geolocalización y análisis digital para adelantarse al crimen. Para unos, esto es dar un paso hacia un Estado eficiente. Para otros, es el principio de un Gran Hermano con justificación legal.

La diputada Saiden lo resume así: “Estamos fortaleciendo las capacidades del Estado mexicano sin sacrificar libertades ni derechos”.

¿Será? Como siempre, el tiempo (y la implementación) dirán si esta nueva ley nos acerca a la paz o nos deja más vigilados.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *