Por Bruno Cortés
En medio del calor político que nunca se apaga en el Congreso mexicano, el diputado Rubén Moreira, coordinador del PRI, encendió las alarmas con un discurso que no dejó títere con cabeza. Frente a medios de comunicación y con tono de advertencia, lanzó una acusación directa: el periodo extraordinario que se avecina en el Congreso no es para mejorar al país, sino para empujarlo, según él, hacia un “Estado totalitario, policiaco y militarizado”.
Moreira no se anduvo con rodeos. Dijo que los 10 días que abarcaría este periodo extraordinario —del 23 de junio al 2 de julio— no serían para legislar con calma, sino para meter de golpe al menos 26 reformas, algunas de ellas, asegura, peligrosas para las libertades básicas. Según su análisis, hay cuatro amenazas en el paquete legislativo que Morena y sus aliados quieren aprobar: militarización del Estado, intromisión en la vida privada, debilitamiento de la propiedad privada y centralización del poder federal. En sus palabras, “son 10 días de ignominia”.
Uno de los puntos que más encendió las alertas del priista es la creación de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones, planteada en la nueva Ley de Telecomunicaciones. Moreira la comparó con una estructura propagandística del régimen nazi, asegurando que esta agencia podría tener acceso y control sobre redes sociales, radio, televisión, correos, telégrafos, y hasta sobre los datos biométricos de los ciudadanos. En palabras llanas: un Big Brother con credencial oficial.
Pero eso no fue todo. El legislador también puso sobre la mesa el tema de la reciente elección judicial, asegurando que estuvo plagada de irregularidades. Según él, se utilizaron “acordeones” —listas prefabricadas para votar— en más del 60% de las casillas, lo que a su juicio pone en duda la legitimidad de todo el proceso. Asegura que México no se merece una democracia manchada por este tipo de prácticas.
Y como ya es costumbre en la política mexicana, la seguridad también fue tema. Para Moreira, el gobierno está maquillando las cifras reales de violencia. Asegura que la Secretaría de Seguridad Pública está manipulando datos, eliminando fuentes abiertas de información y escondiendo la magnitud de la crisis. Mencionó estados como Michoacán, Guerrero, Veracruz y Tabasco como ejemplos de territorios donde, según él, la autoridad ha perdido el control.
En ese mismo tono crítico, también cuestionó al senador Gerardo Fernández Noroña por su participación en un foro interreligioso en Europa, en el que —según Moreira— evitó hablar de la violencia que golpea a México. “¿Cómo vamos a hablar de derechos si ni siquiera podemos garantizar la vida en muchos estados?”, fue la pregunta implícita en sus declaraciones.
Y para rematar, el priista mostró preocupación por la inminente ratificación de 10 nuevos titulares de consulados en Estados Unidos, Canadá y Brasil. El problema, dice, es que muchos no tienen experiencia diplomática ni consular. Esto, en momentos donde la relación con EE. UU. es delicada y proteger a los connacionales es clave, podría ser un error costoso.
Así, en una sola intervención, Moreira tocó todos los nervios de la política nacional: seguridad, elecciones, censura, propiedad privada y relaciones exteriores. Todo mientras se alista un periodo extraordinario que, para la mayoría de los mexicanos, pasará desapercibido… pero que podría cambiar —para bien o para mal— muchas reglas del juego. La pregunta que queda es: ¿de verdad se puede discutir todo eso en 10 días sin pasarse de largo?
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