Por Juan Pablo Ojeda
Desde Beijing, el canciller Juan Ramón de la Fuente resaltó la importancia de la relación entre México y China, una amistad que, dijo, tiene raíces profundas y siglos de historia. Durante su visita oficial, De la Fuente recordó que el intercambio entre ambas naciones se remonta a los días de la Nao de China, aquella ruta marítima del siglo XVI que unió a Asia con América a través de Acapulco.
En una reunión con su homólogo chino, Wang Yi, el jefe de la diplomacia mexicana reafirmó el respeto y compromiso de México con el principio de «una sola China», una política que ha guiado las relaciones exteriores mexicanas durante décadas.
El encuentro se dio en el marco del IV Foro Ministerial China-CELAC, celebrado en la capital del gigante asiático, donde De la Fuente insistió en la necesidad de reforzar un sistema internacional basado en reglas claras, que facilite la cooperación en temas de interés común y fomente la estabilidad global.
Wang Yi, por su parte, respondió con un mensaje claro: China quiere fortalecer aún más su relación con México, tanto en lo económico como en lo político. Subrayó que ambas naciones comparten una visión de un mundo más justo, pacífico y equilibrado.
Además de los aspectos históricos y diplomáticos, ambos cancilleres abordaron temas estratégicos, incluyendo el comercio, la inversión, la educación y la cultura, pilares que han sostenido la relación bilateral durante los últimos años.
La visita de De la Fuente refuerza el papel de México como un actor clave en América Latina y un socio confiable para China en el contexto de la cooperación multilateral con la CELAC, lo que podría traducirse en nuevas oportunidades de desarrollo económico y colaboración tecnológica entre ambas naciones.
La reunión demuestra que, en tiempos de tensiones globales, México apuesta por el diálogo y la diplomacia estratégica, con una mirada de largo plazo hacia sus aliados más influyentes.
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