En un encuentro que concentró la atención del mundo futbolístico, el Inter de Miami, encabezado por Lionel Messi, fue eliminado del Mundial de Clubes al ser derrotado por un contundente 4-0 frente al Paris Saint-Germain. El choque, celebrado en el Mercedes-Benz Stadium de Atlanta ante más de 65,000 espectadores, mostró una clara superioridad del campeón europeo desde los primeros minutos del encuentro.
El Paris Saint-Germain, que había llegado a octavos de final con un desempeño sólido, reafirmó su condición de favorito. El equipo parisino, que únicamente había recibido un gol en el torneo —en la sorpresiva derrota 1-0 frente al Botafogo en la fase de grupos—, desplegó un fútbol preciso y letal que desarticuló cualquier intento de reacción del conjunto estadounidense.
Messi, quien jugó para el PSG entre 2021 y 2023 antes de unirse al proyecto deportivo de Miami, vivió una noche amarga al enfrentar al club con el que alzó títulos en Europa. El astro argentino intentó, sin éxito, generar peligro para su equipo, que nunca logró asentarse en el terreno de juego.
Desde el arranque, el PSG impuso un ritmo avasallador. Los goles llegaron con rapidez, desmoronando las esperanzas del Inter de Miami. La primera anotación cayó antes del minuto 10, abriendo la puerta a una primera mitad en la que los franceses sellaron prácticamente su pase a los cuartos de final.
La defensa de Miami no encontró la fórmula para contener a las figuras del PSG, quienes aprovecharon los espacios y las desatenciones para aumentar la diferencia. Cada ataque del equipo europeo parecía destinado a terminar en gol, ante un conjunto estadounidense que mostró grietas tanto en lo defensivo como en la generación de juego.
El resultado confirma el dominio europeo en esta edición del Mundial de Clubes y plantea serias dudas sobre la capacidad del Inter de Miami de competir en el máximo nivel internacional, pese a contar en sus filas con un referente como Messi.
Para el Paris Saint-Germain, el triunfo significa un paso más hacia la ansiada corona mundial, un título que hasta ahora se les ha resistido. El equipo dirigido por su técnico francés continúa como firme aspirante, respaldado por una plantilla de figuras de primer nivel y un rendimiento colectivo que ha sido consistente a lo largo del torneo.
La derrota de Messi y el Inter no solo es un golpe para el club estadounidense, sino también para la Major League Soccer, que había depositado grandes expectativas en el equipo como embajador del fútbol norteamericano en el escenario global.
El Paris Saint-Germain aguardará ahora a su rival en cuartos de final, mientras que el Inter de Miami deberá regresar a casa a replantear su estrategia y reforzar un proyecto que, por ahora, parece lejos de la élite del fútbol mundial.
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